Una profunda investigación de la Justicia Federal ha descubierto una compleja red de corrupción y complicidades que vinculan a la infame banda narcocriminal «Los Monos» con un exagente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), un expolicía, y un fiscal provincial. A pesar de los importantes arrestos realizados hace dos años, las actividades ilícitas de la banda no cesaron, sino que revelaron conexiones alarmantes más allá de las paredes carcelarias.
La investigación, que culminó en 21 allanamientos simultáneos en Rosario, Corrientes, Misiones y la provincia de Buenos Aires, resultó en la detención de 15 individuos. Entre los detenidos se encontraba un agente de la AFI, quien fue acusado de filtrar información crucial a miembros de la organización, facilitando así sus operaciones narcotráficas. Esta revelación salió a la luz gracias a las extensas horas de vigilancia y la incautación de dispositivos móviles de varios presos implicados.
La trama se extiende a Leandro “Pollo” Vinardi, quien, desde la cárcel, orquestaba las operaciones de la banda a través de su hombre de confianza fuera de prisión, Guillermo “Chupa” Sosa. Sosa, antes de su arresto por asesinato, lideró la violenta facción «Los Gitanos» bajo la tutela directa de Vinardi, asegurando así la continuidad del control narcocriminal en la región.
Además, el expediente destapó una red aún más amplia que incluía a Juan José Raffo, un expolicía con antecedentes de asociación ilícita, quien proveía no solo asesoramiento sino también protección y financiamiento a las operaciones delictivas. Raffo, junto con el agente de la AFI, mantenía informado al fiscal provincial Mariano Ríos Artacho, recientemente suspendido por sus vínculos con estas actividades ilícitas.
Ríos Artacho ha defendido su inocencia, argumentando que sus interacciones con el agente de la AFI estaban limitadas a asuntos profesionales y desconocía las operaciones ilegales del mismo. Sin embargo, el alcance de la red sugiere una complicidad que va más allá de la ignorancia, planteando serias preguntas sobre la penetración del crimen organizado en las estructuras de poder y justicia de Argentina.
Esta investigación subraya la persistente influencia y adaptabilidad de «Los Monos», demostrando que incluso los golpes significativos a su estructura son incapaces de erradicar completamente sus redes de poder y corrupción que penetran diversos niveles de la sociedad y el estado.