El reciente Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de Javier Milei que contempla la desregulación del mercado de la yerba mate ha generado reacciones diversas dentro del sector productivo. La medida reduce significativamente las facultades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), limitándolo a una entidad de control y estadísticas, sin poder para fijar precios. Esta función, crucial desde la creación del INYM en 2002, ha sido el centro de acuerdos anuales y semestrales que a menudo resultaban inconclusos, llevando a la fijación de precios por laudo nacional.
En respuesta a la desregulación anunciada, la Renovación, una fuerza política en Misiones, ha propuesto la creación del Instituto Misionero de la Yerba Mate (IMYM), con la intención de acercarse a los pequeños productores y ofrecer una alternativa de regulación a nivel provincial. Esta iniciativa parece una respuesta a la desconfianza y preocupación que permea entre los productores, especialmente los más pequeños, que temen el impacto de la libre competencia y la potencial concentración del mercado en pocas manos.
La propuesta del IMYM no solo busca llenar el vacío regulatorio que dejaría el INYM, sino también reposicionarse como un salvador del sector yerbatero, que históricamente ha demandado mejor acceso a servicios básicos, caminos en condiciones y apoyo a la cadena productiva. Sin embargo, la preocupación se extiende más allá de la simple regulación de precios y toca temas de identificación y trazabilidad de la yerba mate, garantizando su origen misionero y calidad ante el mercado nacional e internacional.
El debate se encuentra en el equilibrio entre impulsar un mercado más libre y proteger a los pequeños productores de una competencia desleal o concentración del mercado. Mientras que algunos ven en la desregulación una oportunidad para la modernización y la eficiencia, otros temen una pérdida de identidad y seguridad para los productores locales. La discusión también se extiende al financiamiento de estas instituciones y el manejo de recursos significativos que anteriormente se atribuían al INYM, destacando la importancia de una gestión transparente y centrada en el bienestar del sector yerbatero.
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