Crisis en la Política Científica Argentina

Expertos evalúan el proyecto Saocom y la situación del Conicet en Argentina.

La política científica en Argentina enfrenta desafíos críticos, revelados en una reciente evaluación del proyecto Saocom, el próximo satélite científico argentino. Sandra Pitta, reconocida investigadora y autora del libro «Conicet: la otra cara del relato», brinda un análisis profundo sobre las problemáticas ocultas en este sector, enfocándose en el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).

El Conicet, pilar de la investigación científica en Argentina, ha sido objeto de debate y controversia, especialmente tras las declaraciones del presidente electo Javier Milei, quien inicialmente propuso su cierre o privatización, para luego sugerir un reordenamiento. La designación de Daniel Salamone para liderar este proceso parece descartar la posibilidad de cierre.

Una crítica recurrente hacia el Conicet es su baja productividad. A pesar de un incremento en las publicaciones científicas, la productividad bibliométrica por investigador no ha crecido, en comparación con otros países latinoamericanos. Además, la institución enfrenta desafíos en áreas como patentes y el índice global de innovación.

El financiamiento es un problema clave. El presupuesto del Conicet, proveniente principalmente del Estado, ha sido insuficiente y mayormente destinado a salarios. Esto limita severamente la capacidad de los investigadores para adquirir insumos esenciales, mayormente importados, y afecta la productividad. Además, los procesos burocráticos y la falta de inversión del sector privado en investigación y desarrollo (I&D) también contribuyen a esta situación.

Pitta destaca la necesidad de un cambio en la mentalidad del Conicet, criticando su rechazo a conceptos como mercado y capitalismo. La partidización del organismo también ha afectado su funcionamiento y percepción pública.

En conclusión, Pitta enfatiza que para fortalecer el sistema de ciencia y tecnología en Argentina, es imprescindible una economía estable y ordenada. Solo así se podrán resolver los problemas ocultos y potenciar una economía del conocimiento vigorosa.

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