La situación económica en Argentina y España presenta un contraste notable, especialmente en lo que respecta a la relación entre los precios de los alimentos y los salarios de ambos países. Aunque los precios de varios productos básicos y de consumo diario en supermercados son comparables entre Argentina y España, los salarios en Argentina están significativamente por debajo de los de España, exacerbando el impacto de la inflación en el poder adquisitivo de los argentinos.
En supermercados como Día, productos como Coca-Cola, leche semidescremada y arroz tienen precios similares en ambos países cuando se convierten a moneda local, ajustados por el tipo de cambio oficial y el mercado paralelo (blue). Sin embargo, hay categorías donde los precios en Argentina superan notablemente a los de España, como en el caso de las cápsulas de café y el agua mineral. A pesar de esto, en el sector de la gastronomía y el fast food, la disparidad de precios entre los dos países se reduce, aunque sigue siendo más costoso en Argentina en términos relativos.
Este paralelismo en precios se contrapone con una brecha salarial significativa. Mientras que en España el salario mínimo se ha ajustado a €1,134 mensuales, reflejando un aumento del 5%, en Argentina el salario mínimo vital y móvil es de $180,000 mensuales. Este ajuste deja a los salarios argentinos muy por detrás de sus contrapartes españolas, incluso cuando se ajustan por tipo de cambio. El salario medio en España, según datos de 2022, es aún más elevado, lo que agrava la comparación.
La inflación ha sido un motor principal detrás de la paridad de precios en alimentos entre los dos países, con Argentina cerrando el año 2023 con una inflación acumulada de 211,4%, mientras que España registró una tasa interanual de 3,1%. Esta diferencia abismal en los niveles de inflación subraya el desafío económico que enfrenta Argentina, donde los precios de los alimentos se equiparan a los de un país con salarios mucho más altos, pero los ingresos no siguen el mismo ritmo, afectando gravemente el poder adquisitivo de los argentinos.