Fernanda Miño, exsecretaria de Integración Sociourbana y figura clave en la gestión del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), se defendió de las críticas y aseguró la integridad en la utilización de los fondos. Vinculada a Juan Grabois, Miño destacó que no hubo irregularidades: “No hubo choreo”. Afirmó que el manejo de los recursos fue transparente y se realizaron auditorías frecuentes por parte de Miguel Pichetto, cuyos resultados son públicos.
La controversia surge en un contexto donde el gobierno de Javier Milei revisa el uso de fondos durante la administración de Alberto Fernández. Según un estudio gubernamental, solo un 6% de las obras planificadas con estos fondos se completaron, focalizándose principalmente en veredas y cordones cuneta, y muchas de ellas no finalizadas.
Miño defendió la gestión del FISU, destacando la transparencia y la publicidad en la base de datos de las intervenciones urbanas en barrios populares. Negó acusaciones sobre el mal uso de viáticos y comisiones, explicando que los viáticos aéreos estaban cubiertos por los ministerios y no por el fideicomiso.
La exfuncionaria también abordó las críticas sobre la eficacia y destino de las obras, asegurando que el impuesto PAIS financiaba la compra de lotes para la integración de barrios, realizadas en pesos a pesar de la valoración en dólares de los terrenos.
El debate se intensifica mientras Juan Grabois, líder del Frente Patria Grande y aliado de Miño, se distancia del manejo del FISU, enfatizando la honestidad y eficiencia de la gestión anterior.
Extracto: Fernanda Miño, vinculada a Juan Grabois y responsable del FISU, defiende la transparencia y efectividad en el uso de fondos para obras en barrios populares, ante críticas y auditorías gubernamentales que cuestionan el avance y asignación de proyectos.
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