Todo se dio en medio de ejercicios militares conocidos como Predators Run, en los que participan las fuerzas armadas de varios países; hay sobrevivientes en estado crítico.
El 27 de agosto de 2023, un avión de la Infantería de Marina de Estados Unidos se estrelló en una isla al norte de Australia durante unos ejercicios militares multinacionales llamados Predators Run, en los que participaron fuerzas armadas de varios países, incluidos Estados Unidos, Australia, Indonesia, Filipinas y Timor Oriental. El accidente resultó en la muerte de tres soldados y dejó a otros 20 heridos, algunos de ellos en estado crítico. La aeronave involucrada fue un Bell Boeing V-22 Osprey, un aparato capaz de aterrizar y despegar verticalmente. El accidente complicó las operaciones de rescate y puso en el foco la seguridad de estos aparatos, que han estado involucrados en varios accidentes mortales en el pasado.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, informó que solo militares estadounidenses resultaron afectados en el siniestro. Las autoridades australianas, incluida la ministra jefa del Territorio Norte, Natasha Fyles, expresaron su simpatía y ofrecieron asistencia.
Este incidente se produjo después de que otros ejercicios militares en Australia resultaran en la muerte de cuatro ciudadanos australianos en julio del mismo año, cuando un helicóptero Tajan se estrelló en el mar cerca de las islas Whitsunday durante los ejercicios Talisman Sabre.