Varias navieras internacionales, incluyendo MSC, Hamburg Sud y Maersk, han decidido no aceptar más el pago de fletes dentro de Argentina. Esta medida representa un obstáculo para los exportadores argentinos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que no tienen acceso a servicios financieros en el extranjero. La razón detrás de esta decisión es que desde hace un mes, los pagos realizados en moneda local dentro del país deben contar con la aprobación del Gobierno para adquirir los dólares necesarios para realizar las transacciones internacionales.
Dado que el flete contratado a una naviera internacional se considera una importación de servicios, los exportadores deben tramitar la autorización correspondiente a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior (SIRASE). Sin embargo, la acumulación de solicitudes ha generado un cuello de botella en el sistema, lo que ha llevado a tres navieras a suspender sus pagos dentro del país.
Las filiales locales de Hamburg Sud y Maersk comunicaron a sus clientes que, a partir del 14 de julio, ya no aceptarán el pago de sus servicios dentro del territorio argentino. Esta decisión se suma a la medida tomada previamente por la compañía Mediterranean Shipping Company (MSC).
La contratación de fletes para la exportación implica un descalce financiero para el Banco Central, ya que el período entre la venta de dólares a la naviera y la recepción de los ingresos por exportaciones puede extenderse de 60 a 180 días, e incluso más. A pesar de ello, estos dólares gastados en los pagos de fletes, al tipo de cambio oficial, deberían contribuir a generar un mayor ingreso de divisas para el país, que el Banco Central compra a un tipo de cambio oficial de 257 pesos por dólar.
Sin embargo, esta nueva restricción dificulta las exportaciones y desfavorece a los exportadores argentinos en comparación con competidores de otros países. La Unión Industrial de Córdoba expresó su preocupación por las trabas que desalientan las exportaciones y limitan las opciones de negociación. Para las empresas más pequeñas y medianas, que no tienen acceso a crédito en el extranjero debido a la falta de capacidad crediticia de Argentina, el panorama es aún más difícil.
Esta medida por parte de las navieras internacionales agrega un nuevo obstáculo para los exportadores argentinos y destaca la necesidad de buscar soluciones que faciliten el comercio exterior y fomenten el desarrollo económico del país.