Luego de una tensa junta entre los jueces de la Cámara de Casación, la jueza Ana María Figueroa ha decidido solicitar una licencia extraordinaria a la Corte Suprema por 30 días. Esta medida surge con la intención de obtener, en dicho periodo, un nuevo acuerdo del Senado que le permita continuar en su cargo pese a haber alcanzado la edad tope de 75 años, estipulada por la Constitución.
La jueza Figueroa, quien cumplió 75 años el pasado 9 de agosto, ha causado controversia al no abandonar su puesto mientras espera el acuerdo que promueve el kirchnerismo en el Senado. Esta situación generó desacuerdos y tensiones entre sus colegas, llegando al punto de mandar un oficio a la Corte y al Consejo de la Magistratura señalando que la jueza “habría cesado como magistrada”.
En una reunión previa, Figueroa había acordado ceder la presidencia a Borinsky y abstenerse de firmar sentencias. Sin embargo, en una reunión reciente, la jueza revocó esa decisión, atribuyendo la confusión a un error del secretario encargado de las actas. Durante la reunión, Figueroa defendió su situación como «inusual», aludía a un supuesto ataque basado en su género y mencionó estar esperando el acuerdo del Senado.
La licencia extraordinaria propuesta permitirá cubrir su vacante con otro juez. Sin embargo, la concesión de dicha licencia queda a la discreción de la Corte Suprema y, de otorgarse, implicaría un reconocimiento implícito de su condición de jueza.
Vale destacar que Figueroa mantiene afinidades con el kirchnerismo y ha denunciado previamente lo que considera una “persecución macrista” en la Justicia. Al cumplir los 75 años, la jueza decidió no firmar más sentencias, acción que la excluyó de votar en causas relevantes para el kirchnerismo.