El Gobierno ha decidido no proceder con la creación de un nuevo impuesto a los ingresos personales, evitando así un mayor impacto en la carga fiscal de los asalariados. Sin embargo, persiste la confusión sobre cómo queda establecido el Impuesto a las Ganancias sin una nueva regulación en el Congreso. A pesar de que la ganancia mínima imponible se ha fijado en 15 salarios mínimos, vitales y móviles, el umbral para estar sujeto al impuesto sobre los ingresos más altos es, en realidad, más bajo.
Contrario a la creencia popular, existen ciertas deducciones permitidas fuera del marco del impuesto «cedular». Además, se ha incrementado el salario bruto considerado para determinar si un trabajador estará sujeto a retención, incluyendo bonos y otros conceptos similares.
La inflación y las negociaciones colectivas han llevado a que trabajadores de ciertos sectores, como el bancario, se vean significativamente afectados por el impuesto sobre los ingresos más altos, vigente desde el 1 de enero.
Para el 2023, se esperaba que el Congreso ratificara los beneficios introducidos por el exministro de Economía, Sergio Massa, durante los últimos tres meses del año anterior, para evitar un incremento en el Impuesto a las Ganancias en la liquidación final.
Ariel Bassanetti, asesor tributario, explicó que la ganancia mínima imponible para el primer semestre se basa en 15 salarios mínimos, vitales y móviles de enero, sumando también la cuota del aguinaldo. Esto sitúa el límite real para no retener el impuesto en una remuneración bruta mensual por debajo de $2.160.000.
Quiénes están sujetos al impuesto: Los afectados incluyen a empleados públicos, trabajadores en relación de dependencia, y jubilados. Sin embargo, no todos los conceptos son deducibles bajo el régimen «cedular», limitando las deducciones a personal doméstico y aportes a Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), según lo establecido por leyes fuera del ámbito de Ganancias.
Beneficios pendientes de ratificación: El proyecto de ley propuesto por la administración de Javier Milei buscaba no solo ajustar el impuesto para el 2024 sino también confirmar las medidas retroactivas a enero de 2023 y los beneficios otorgados en los últimos tres meses del año pasado. Estas medidas liberaron del pago del impuesto a quienes percibían sueldos y jubilaciones de hasta $1.980.000 y redujeron la carga fiscal para aquellos con ingresos superiores.
La ratificación de estas disposiciones para el 2023 es crucial para evitar un aumento inesperado en el impuesto a las Ganancias, y se espera que el Congreso actúe antes de la fecha límite para la liquidación anual del impuesto por el año 2023, fijada a fines de abril de 2024.
Conclusión: La situación del Impuesto a las Ganancias en Argentina permanece en un estado de incertidumbre sin la intervención legislativa. Los trabajadores y jubilados deben estar atentos a las posibles modificaciones y a las deducciones permitidas para mitigar su carga fiscal.
Emely Watts