La Cámara de Diputados se encuentra analizando hoy el proyecto impulsado por Sergio Massa en plena campaña electoral que busca liberar del impuesto a las ganancias a una considerable cantidad de empleados que hoy están sujetos a este tributo. La propuesta de Massa, quien es ministro de Economía y candidato a presidente por Unión por la Patria, beneficiaría en gran medida al segmento más alto de la pirámide de ingresos del país, constituyendo cerca del 5% de los trabajadores.
Economistas y tributaristas sostienen que la reforma evita un análisis y un debate profundo sobre el impuesto, el cual ha perdido progresividad debido a la inflación y a varias políticas implementadas previamente. Señalan que, más allá de la notoria mejora que representaría en el sueldo de bolsillo de los individuos más beneficiados por la reforma, ésta podría acarrear consecuencias negativas para la sociedad en su conjunto debido a su posible impacto fiscal.
La iniciativa establece un nuevo esquema de tributación basado en salarios mínimos, vitales y móviles (SMVM), creando una tabla de alícuotas marginales que varía entre el 27% y el 35% para remuneraciones anuales que superen los 180 SMVM, es decir, alrededor de 21.240.000 pesos argentinos actualmente.
A pesar de su orientación hacia los salarios más altos, ciertos grupos, como los empleados del poder judicial y funcionarios públicos de rango elevado, quedarían excluidos de este nuevo esquema y seguirían tributando bajo el régimen actual, lo que les permite realizar deducciones por cargas familiares y gastos varios, una posibilidad que desaparece con la nueva propuesta de reforma para el resto de los contribuyentes.
La implementación de la reforma está prevista para 2024 y, aunque se intenta presentar como una solución a los problemas actuales del impuesto a las ganancias, expertos advierten que no aborda cuestiones cruciales como la recuperación de la progresividad perdida y la correcta medición de la capacidad contributiva. Además, se destacan las preocupaciones sobre el impacto fiscal de la medida, la falta de detalles sobre cómo se compensará la reducción en la recaudación y el riesgo de que agudice las desigualdades existentes.
En medio de críticas y advertencias, el proyecto enfrenta un camino incierto, llevando a muchos a pedir un análisis más profundo y reflexivo para asegurar una reforma justa y equitativa del impuesto a las ganancias.