25 de abril de 2024 – La figura de Francisca Ponce Pinochet, nieta del exdictador chileno Augusto Pinochet y heredera de un emporio minero, captura la atención del mundo económico y político al confirmar su posición en la compañía que maneja una de las principales reservas de litio del mundo.
La aparición reciente de Francisca Ponce Pinochet, junto a su padre, Julio Ponce Lerou, en un evento financiero en Santiago, ha marcado un punto de inflexión en su rol dentro del controvertido legado empresarial de su familia. Con un apellido cargado de historia política y un padre conocido por sus maniobras durante y después del régimen militar chileno, Francisca se destaca no solo por su linaje, sino por su emergente influencia en el mercado del litio, vital para la tecnología moderna.
Su padre, exyerno de Pinochet y figura clave en la privatización de SQM (Sociedad Química y Minera de Chile), la transformó en una gigante de la industria bajo circunstancias polémicas. Ahora, a los 44 años, tras una sólida formación en marketing y administración, Francisca se posiciona como la sucesora designada en un imperio que se extiende hasta el Salar de Atacama, corazón de la producción de litio en Chile.
Ponce Lerou, retirado tras escándalos de financiamiento político, ha preparado el terreno para una transición que parece inminente. Su hija, conectada y activa en el negocio desde Canadá, juega un papel crucial en las «sociedades cascada» que controlan SQM, demostrando habilidad tanto en la gestión como en la estrategia de expansión y conservación de este recurso estratégico.
El gobierno de Gabriel Boric ha mostrado interés en modificar la explotación del litio, buscando una mayor participación estatal, lo que pone a Francisca en una posición clave para futuras negociaciones. El acuerdo reciente para explotar conjuntamente el litio hasta 2060 subraya la importancia del papel que desempeñará en el panorama económico y político de Chile.