El Gobierno niega el atraso cambiario mientras economistas advierten lo contrario

El debate sobre el atraso cambiario en Argentina está en pleno apogeo. Mientras el presidente Javier Milei niega vehementemente su existencia y acusa de “chantas” a los economistas que sugieren lo contrario, diferentes voces en el ámbito económico y financiero presentan sus argumentos sobre este tema crucial.

En un reciente discurso ante empresarios en Cicyp, Milei sostuvo que no es posible determinar un precio de equilibrio para el tipo de cambio debido a la vasta cantidad de información necesaria sobre las preferencias de los agentes económicos. Para Milei, afirmar que hay un atraso cambiario es una muestra de “fatal arrogancia”. Aun así, reconoció que Argentina está “cara en dólares”, aunque insistió en que no se corregirá mediante devaluación sino con “reformas estructurales” destinadas a mejorar la competitividad sin precipitar una corrección cambiaria que desestabilice la economía.

El Banco Central, dirigido por Santiago Bausili, y el Ministerio de Economía, bajo Luis Caputo, muestran datos que apoyan la perspectiva oficial. El índice de tipo de cambio real multilateral del Banco Central indica una apreciación, aunque con una curva que se aplana debido a la reducción de tasas y la desaceleración inflacionaria.

Desde diciembre de 2015, al fin del cepo cambiario, el índice de tipo de cambio pasó de 74,46 a 162,18 con la devaluación de diciembre de 2023, y luego cayó a 92,22 después de cinco meses de ajustes del 2% mensual, lo que implica una pérdida de competitividad del 80%.

Luis Caputo, en una reciente entrevista, afirmó que no habrá un salto cambiario y que la corrección se hará sin grandes cimbronazos. El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, confirmó que la devaluación mensual se mantendrá en 2% hasta fin de año.

Sin embargo, economistas como Carlos Melconian y Miguel Angel Broda advierten sobre los riesgos de esta política. Melconian sugirió que el ancla cambiaria es peligrosa sin un plan inflacionario sostenible, mientras Broda propone ajustar el valor del dólar a 1.500 pesos para emular la estabilidad de la era Kirchner. La postura del Fondo Monetario Internacional también influye, buscando evitar una acumulación de atraso cambiario que obligue a una corrección abrupta en el futuro.

El sector privado, especialmente el agropecuario, muestra señales mixtas. Marcos Pereda, vicepresidente de la Sociedad Rural, mencionó que los márgenes están dentro del promedio histórico y que el sector liquidará sus exportaciones, una señal positiva según los economistas para mantener la estabilidad.

La consultora Outlier señaló que el Gobierno critica los análisis sobre atraso cambiario pero utiliza argumentos similares para justificar su política de devaluación mensual del 2%. Por su parte, la consultora LCG calculó que el dólar oficial retrocedió un 42% en términos reales desde diciembre, reflejando un atraso del 39% para el exportador.

En resumen, el debate sobre el atraso cambiario en Argentina sigue siendo complejo y multifacético, con el Gobierno negando su existencia y los economistas advirtiendo sobre sus posibles consecuencias.

Resumen: El presidente Javier Milei niega el atraso cambiario y propone reformas estructurales en lugar de devaluaciones. Economistas y consultoras presentan argumentos contrapuestos, señalando posibles riesgos y la necesidad de correcciones. El debate sigue siendo central en la política económica argentina.

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