Un reciente análisis del Banco Mundial desafía la noción prevalente en Argentina que atribuye la inflación a la concentración económica en el sector de bienes de consumo. Este concepto, largamente defendido por administraciones anteriores como una de las causas principales de la escalada de precios, se ve contrarrestado por datos que posicionan a Argentina como uno de los países con menor concentración de mercado entre 149 naciones evaluadas.
En la semana, el Congreso debatirá el DNU 70, presentado por el presidente Javier Milei, que propone derogar y modificar diversas leyes, incluidas la Ley de Abastecimiento y la Ley de Góndolas, instrumentos legales que en el pasado se consideraron esenciales para combatir la inflación.
El informe del Banco Mundial revela que, a pesar de tener una de las tasas de inflación más elevadas del mundo, Argentina no figura entre los países con mercados más concentrados, lo que pone en duda la relación directa entre concentración económica e inflación. Países como Chile y Australia, por ejemplo, muestran índices de concentración peores que Argentina.
El documento del FMI también aborda cómo las estrategias de precios de las empresas contribuyen a la inflación, especialmente en el contexto post pandemia, resaltando el dilema entre ajustar salarios o trasladar costos a los precios. La ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó este fenómeno, enfatizando el impacto de las decisiones corporativas en la economía.
Contrariamente a la percepción generalizada, la estructura de mercado en Argentina es relativamente menos concentrada, lo que cuestiona la idea de que la inflación es resultado directo de la concentración económica. Este hallazgo invita a reconsiderar las estrategias y políticas implementadas para combatir la inflación, sugiriendo la necesidad de enfoques más efectivos y basados en evidencia.