26 de febrero de 2024 – Las recientes declaraciones del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, comparando los ataques a Gaza con el Holocausto y acusando a Israel de genocidio, han desatado una ola de controversia y aumentado la tensión entre Brasil e Israel. Estas afirmaciones, lejos de ser retractadas, han sido reafirmadas por el mandatario, generando elogios de Hamas, considerada una organización terrorista por Occidente, pero no así en Brasil.
La radicalización del discurso por parte de Lula y sus asesores ha alimentado temores sobre posibles ataques de «lobos solitarios» vinculados a grupos extremistas, y expertos advierten sobre una creciente convergencia entre la extrema izquierda y el extremismo islámico en Brasil.
Este endurecimiento de postura no solo ha empoderado a extremistas, sino que ha contribuido a un notable aumento del antisemitismo en el país. En redes sociales, han proliferado hashtags y contenido que promueven narrativas extremistas, y se ha observado una creciente simpatía por organizaciones como Hamas y Hezbollah.
La situación se complica aún más con encuentros políticos como el de Rui Costa Pimenta, presidente del Partido de la Causa Obrera (PCO), con líderes de Hamas, y declaraciones que apoyan abiertamente la lucha armada en Palestina.
La narrativa adoptada por Lula y sus seguidores ha desencadenado un efecto eco en las redes sociales, donde incluso se han utilizado eslóganes que recuerdan a regímenes fascistas del pasado. Este aumento del discurso extremista en Brasil representa un riesgo potencial no solo para la comunidad judía, sino también para la sociedad civil en general.