Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta y figura central del peronismo, marcó su regreso a la escena política con un discurso en Quilmes que no solo apuntó contra las políticas del actual presidente Javier Milei, sino que también envió un mensaje claro a su propio partido. Durante el acto, que reunió a unas diez mil personas, Cristina criticó duramente la dirección económica del gobierno y exhortó a sus seguidores a mantener la unidad y cesar los ataques internos.
La líder peronista describió la gestión de Milei como «un experimento anarco-capitalista» y lamentó lo que ve como un retroceso a una economía extractivista y precapitalista. Criticó el supuesto superávit fiscal celebrado por Milei, negando su veracidad y acusando al gobierno de no tener un verdadero «plan de estabilización». Cristina comparó la situación actual con momentos históricos de estabilización económica en Argentina, como el Plan Austral y la Convertibilidad, subrayando la necesidad de políticas económicas más robustas.
En el ámbito interno del peronismo, el evento destacó por la evidente distancia entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner, ambos figuras clave del partido, quienes asistieron y se retiraron del evento por separado. Cristina aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la armonía dentro del partido, pidiendo a los dirigentes que eviten las disputas públicas y trabajen juntos por el bien del país. «No es tiempo de discutir quién será el candidato para 2027», afirmó, instando a sus seguidores a centrarse en los problemas actuales de Argentina.
El acto también sirvió como plataforma para reafirmar su liderazgo dentro del peronismo, con la militancia coreando «Cristina presidenta» y desplegando carteles de apoyo. Sin embargo, Cristina no dejó de lado las críticas hacia su propio espacio, reprendiendo a su hijo Máximo por sus comentarios anteriores y a otros dirigentes por su comportamiento en medios de comunicación.
Resumen: Cristina Kirchner regresó al ruedo político con un discurso fuerte contra las políticas del presidente Milei y llamando a la unidad dentro del peronismo. Criticó la falta de un plan económico coherente y advirtió sobre los riesgos de una política divisiva dentro de su propio partido. El evento en Quilmes no solo subrayó su posición como líder indiscutible del movimiento sino también expuso las tensiones internas que continúan afectando al peronismo.