Crisis en Comedores Comunitarios: Una Lucha Diaria por la Sobrevivencia

La crisis alimentaria en Argentina alcanza un punto crítico, con comedores comunitarios luchando para mantener sus puertas abiertas frente a la escasez de alimentos y la falta de asistencia estatal. Marcela Juárez, quien dirigía un comedor en Merlo, ha tenido que cerrar después de agotar todas las vías de sostén, dejando a más de 100 personas sin una fuente crucial de alimentación.

El Gobierno ha cesado la entrega de alimentos «secos» a estas redes de apoyo, buscando modificar la asistencia a los comedores y realizar una auditoría. Esta decisión ha llevado al cierre de varios comedores y ha sobrecargado a los que aún resisten, que ahora ven inminente el fin de sus recursos. Laura Civelli, de la UTEP, estima que solo tienen alimentos para dos semanas más, situación que refleja la saturación y desesperación de estos espacios vitales.

El comedor de UTEP en Constitución, que ahora alimenta a 2400 personas, tres veces a la semana, es testigo del aumento dramático de la demanda, comparable con los niveles de la pandemia. Este incremento se debe en parte al cierre de otros comedores en la zona. Con los fondos recibidos a fines del año pasado ya agotándose, la situación es alarmante.

Además, las organizaciones sociales miran con preocupación la propuesta gubernamental de una «tarjeta» para comprar alimentos, temiendo que debilite aún más su capacidad de compra y gestión. Al mismo tiempo, enfrentan el desafío de la administración de recursos limitados y el escepticismo sobre la efectividad de esta nueva medida.

En Berazategui, el merendero Manitos Unidas, atendido por voluntarios y sin ayuda estatal, ofrece un ejemplo de resiliencia. Sostenido por la recolección y venta de reciclables, y algunas donaciones de comercios locales, este espacio es un refugio semanal para la comunidad. Sin embargo, la frecuencia de apertura depende estrictamente de los ingresos de cada semana, subrayando la precariedad de la situación.

Extracto: La crisis en los comedores comunitarios de Argentina destaca la urgente necesidad de soluciones sostenibles. Con recursos limitados y una creciente demanda, estos espacios luchan por ofrecer asistencia alimentaria esencial, enfrentando un futuro incierto sin el apoyo adecuado del Gobierno.