En un dramático giro de eventos que agudiza la crisis de seguridad en Haití, al menos diez personas perdieron la vida en una fuga masiva de presos desencadenada por el asalto de bandas armadas a dos principales cárceles, incluyendo la principal penitenciaría del país en Puerto Príncipe. Este suceso, ocurrido entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, ha llevado al gobierno haitiano a declarar estado de emergencia y establecer un toque de queda en un intento por restaurar el orden.
La violencia se desató cuando bandas armadas atacaron simultáneamente la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe y la prisión civil Croix des Bouquets, provocando una fuga masiva de reclusos, entre ellos miembros destacados de grupos criminales. El caos resultante ha dejado múltiples víctimas, incluyendo cadáveres con impactos de bala en las inmediaciones de las prisiones. La situación ha generado alarma entre la población y ha motivado llamados a reforzar la seguridad por parte del sindicato de la policía nacional.
La escalada de violencia en Haití se produce en un contexto de ataques coordinados por las bandas, que demandan la renuncia del primer ministro Ariel Henry y han lanzado asaltos contra objetivos estratégicos, incluyendo la cárcel nacional y el aeropuerto internacional. Este último episodio subraya la grave crisis de seguridad que enfrenta el país, al borde de convertirse en un estado fallido, y pone de relieve los desafíos que enfrenta la Policía Nacional de Haití, superada en número y armamento por las pandillas que controlan gran parte de Puerto Príncipe.