El oficialismo en el Senado argentino ha tenido que aplazar una vez más la firma del dictamen sobre la Ley Bases y la reforma fiscal debido a la falta de apoyo necesario para asegurar su aprobación. A pesar de que se esperaba avanzar con los proyectos para el 23 de mayo, las negociaciones con la oposición dialoguista han sido especialmente lentas, y aún se está definiendo qué cambios se realizarán a los proyectos. Esta incertidumbre ha prolongado los tiempos de debate.
El proceso se ha visto complicado por la multiplicidad de negociadores del Gobierno y la amplitud de las modificaciones propuestas, lo que ha generado tensiones dentro del oficialismo y entre sus aliados potenciales. A esto se añaden los encuentros del ministro del Interior, Guillermo Francos, que han provocado malestar entre algunos miembros de la bancada radical, quienes se sienten marginados en las conversaciones.
Las discusiones sobre los cambios necesarios, que incluyen propuestas sobre incentivos fiscales, impuesto a las Ganancias, y otras medidas fiscales clave, han resultado en un acuerdo tentativo para que el Senado discuta los proyectos a fines de mayo. Sin embargo, la posibilidad de posponer la firma del Pacto de Mayo hasta junio o julio sigue abierta, evidenciando la complejidad y la carga política de estas reformas.