La columna de Juan Pablo Varsky: Messi ya es el mejor deportista de la historia
Desde 2009 Messi era Michael Jordan. Hice esa analogía en marzo de 2010. La comparación estaba inconclusa. MJ había dejado de jugar en 2003 a sus 40 años y Leo recién iba por su quinta temporada completa como futbolista de Barcelona. Había ganado apenas 12 de los 43 títulos de su carrera y solamente 1 de sus 7 Balones de Oro. Jordan parecía insuperable en el análisis global: su dominio del juego, su influencia en la cultura deportiva, su dimensión mundial, su marca, su personalidad. Con The Last Dance, los sub 30 tuvieron su versión de la historia que el resto de nosotros había disfrutado en vivo y en directo. El extraordinario documental había aclarado las cosas: Michael Jordan seguía siendo el mejor deportista de todos los tiempos.
Incluso en este 2023, la película Air del dúo Affleck-Damon agregó una dimensión al mito, contando la historia oficial del contrato de Jordan con Nike en 1984. La revelación de ese vínculo con impacto impresionante en el juego y en la cultura volvía a recordarle a todo el planeta quién era el macho alfa del deporte. MJ era la estrella entre las estrellas. En 1992 Diego Maradona se entrenó para volver a jugar en Sevilla tras su primera sanción por doping con la camiseta 9 que Jordan usó durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. El 10 era fanático del básquet y del 23. Nunca pudo conocer a su ídolo.
En agosto de 2023, Lionel Messi acaba de ganar su 43° título como futbolista profesional. Hace 15 años que es el mejor de todos en el deporte más popular y practicado del planeta. Se ha reinventado como jugador tantas veces como le fue necesario, de acuerdo con cada contexto que le tocó afrontar. Su coeficiente intelectual futbolero está lejísimos del segundo. Siempre ha mejorado a sus compañeros. Nunca su equipo jugó mejor sin él. Su impacto en el futbol es comparable con el de Jordan en el básquetbol.
Hay clásicos. El gol a Getafe en 2007 con el cambio de manos ante Sam Perkins en el 91′. El enganche desde la derecha al medio y definición con zurda con la volcada en tránsito contra los pivots altos. Los pases imposibles como armador de esta época con los tiros en suspensión del 96-98. La dinastía como concepto del dominio. Ser inevitable para los rivales. La búsqueda de la excelencia. Dejar registro de, al menos, una jugada maravillosa por partido para que la comentemos asombrados: “viste lo que hizo!”. Profesionalismo al 1000 por ciento, dentro y fuera de la cancha. Bestias competitivas. Ganar, ganar y ganar. Jugar siempre.
La sensibilidad para entender que también juegan para el público que compra una entrada y quiere disfrutar de la experiencia única de verlos en la cancha. Tim Grover, el entrenador personal de MJ, lo explicó en The Last Dance: “Si vas a sentarte y tomar tres horas de tu vida para verme en vivo o por TV, tengo la obligación de darte lo mejor de mí siempre”. Messi también llena ese formulario: juega para sus compañeros, sus equipos, su familia y para la gente que paga su ticket, la suscripción a Apple TV o busca un sitio pirata para verlo, sin importarle hora ni lugar.
El capital de ambos siempre ha sido lo que hacen dentro de la cancha. Sus respectivos salarios han estado por debajo de su nivel de productividad. Su valor siempre ha sido más alto que su costo. No hay precio posible para su pase. Estados Unidos vive la revolución Messi. Fort Lauderdale se ha transformado en Hollywood: Kim Kardashian, Marc Anthony, Maluma y más acompañan al genio. Mientras tanto, él celebra los goles en casa con sus hijos y les hace coreografías de Marvel: Spiderman, Thor, Black Panther. Antonella tiene su marca personal con una cámara que la sigue hasta cuando reta a alguno de los chicos. Post partido, se transmite el picado que juegan Thiago, Mateo y Ciro con sus amigos en la misma cancha.
Su llegada a Miami marcó un quiebre en los contratos de futbolistas. Más allá de su salario, se ha asociado con Apple, que le pagará regalías por cada suscripción al MLS Season Pass que Leo genere desde su cuenta de Instagram. Antes de cada partido Leo incluye en su historia de IG un link para suscribirse desde allí. Tiene 483 millones de seguidores. Hay puntos de contacto entre aquel acuerdo Nike/Jordan y esta sociedad Messi/Apple. El hombre es feliz en Florida. Sonríe en los entrenamientos, en el supermercado, a la noche comiendo con Beckham, Busquets y sus respectivas esposas. Se divierte y disfruta.
Los dos años en Francia habían sido demasiado complicados para la dinámica familiar. Festejar un gol con sus hijos en pleno campo, de eso se trata. Le da sentido a todo. Sigue siendo la rutina de lo extraordinario. Transformó un equipo mediocre en uno competitivo. Hace mejores a sus compañeros. Sigue brillando. Por 17ª vez consecutiva, ha superado los 20 goles en año calendario. Desde el año 2007 pasa esa cantidad con la ridícula cifra de ¡91! en 2012. Ganar, ganar y ganar. A todo, a cualquier cosa.
Como MJ, se lo toma personal. Se pelea con los contrarios. Los argentinos rivales se pelean por su camiseta, lo abrazan y le agradecen como cualquiera de nosotros. El mejor Messi siempre es el último, dijo alguna vez Pablo Aimar. Post Rusia 2018, empezó a construir una versión maravillosa: el Messi mentor. Es mucho más que líder. No solamente predica con el ejemplo, algo que hizo siempre. Habla, aconseja, pregunta, escucha. Se preocupa por sus compañeros dentro y fuera de la cancha. Javier Morales, parte del staff técnico, contó que en las pausas de los entrenamientos agarra a 2 o 3 chicos y les explica qué quiere de cada uno de ellos. El Messi Mentor es el mejor de todos.
Lionel les exige a sus compañeros mucho más de lo que se conoce. No tiene el modo tirano de Jordan, tan bien contado por sus compañeros en The Last Dance pero se pone bravo cuando le salta el alerta. La MLS no es una liga top, pero tampoco es un intercountry. No importa el torneo. Él fija el parámetro. Messi hace la diferencia porque a los 36 años es uno de los dos mejores futbolistas de la actualidad junto con su ex compañero en el PSG Kyllian Mbappé. Ese duelo entre ellos durante la final más extraordinaria de todos los tiempos en cualquier deporte de alto rendimiento cambió parte de la historia. El 18 de diciembre de 2022, Lionel Andrés Messi ganó el Mundial y se liberó definitivamente.
Desde ese día, está en control total de su ambiente dentro y fuera de la cancha. En paz. Libre. Y en un lugar ideal para esta etapa de su vida y de carrera. Ya encontrará su nuevo hogar posiblemente en Indian Creek, cerca de Bal Harbour. Tiene un gestor de lujo para esa tarea: Tom Brady. El más grande del futbol americano, ya retirado, acaba de asumir como accionista minoritario en el consejo directivo de Birmingham del Championship inglés, la segunda división. La participación de inversores estadounidenses en los clubes de fútbol fuera de su país crece muy fuerte. Los principales magnates y fondos de este país cuentan con cerca de 20 clubes repartidos entre cuatro de las cinco grandes ligas. Son 40, considerando categorías inferiores. El valor aproximado de las principales organizaciones dominadas por el capital estadounidense o, al menos, con una gran parte de acciones en sus manos, llega a 19.000 millones de euros (Forbes).
Tras algunos intentos fallidos, finalmente Estados Unidos ha importado al fútbol y lo ha incorporado en su cultura deportiva. La MLS se desarrolla en mayor proporción que sus cuatro hermanos mayores: NBA, NFL, MLB y NHL. Sus hombres de negocios invierten en el juego. Si Michael Jordan ha sido su principal producto de exportación en el deporte, Lionel Messi les ha traído el mejor show del futbol, el deporte rey. Ha conquistado inmediatamente Estados Unidos sin haber dicho públicamente una sola palabra en inglés. No lo necesita. Él juega, posa, sonríe y vuelve a jugar.
Sus patrocinadores explotan esa imagen que no necesita de palabras. Es el juego, es lo que hace. Ya Messi era la persona más conocida y amada del mundo antes de su desembarco, como Michael Jordan en los noventa con una cobertura mediática menos diversificada basada en la potencia de la TV por cable e Internet en crecimiento. La Messi-Manía se esparce por todo el país. Ladies and gentlemen, welcome to MLF, Major League Fulbol, con dos eles.
En 1992 Diego soñaba conocer a Jordan. En 2023 LeBron James eligió estar en el estreno de Leo en Miami. Se dieron ese abrazo que no vimos entre Diego y MJ. Después, LBJ lo filmó mientras el 10 desplegaba su magia sobre el césped. ¡LeBron James grabando con su teléfono a Lionel Messi en plena performance en Estados Unidos! La viralización en redes, marca registrada de esta era, amplificó el significado. El impacto de Messi en Estados Unidos se resume en esa imagen icónica. Acaba de ganar su primer título en su nueva tierra. Esto aún no ha terminado. No se conforma con la Leagues Cup. Deportivamente, ya estaban parejos con trayectorias comparables en títulos, dominio de su disciplina, longevidad y legado. El proceso desde el Mundial de Qatar hasta la conquista de Estados Unidos ha cambiado el orden. El emoji de la cabra es suyo. Es el GOAT (Greatest Of All Time). Messi ha superado a Michael Jordan. Se ha convertido en el deportista más grande de la historia.
Fuente: La Nación.