Los alcaldes quieren garantizar sus reelecciones repartiendo. En los municipios más grandes advierten que ninguno podrá superar el 50% de los votos, lo que complicaría también a Kicillof.
Como con Alberto, una Cristina candidata también llevaría al PJ a la peor elección de su historia. Sus soldados para la liberación le imploraron que ponga el cuerpo y se postule igual, aún perdiendo, para mantener encendida la mística que nació con Néstor.
Se excusó ante los fieles argumentando que ya lo había dado todo. Pero endulzó a la militancia erigiendo a «Wado» De Pedro, para que la mística siga ardiendo. La llama duró apenas un par semanas: tuvo que entregar a su mejor candidato kirchnerista porque, según la convencieron dos gobernadores de las provincias más chicas del país, con «Wado» el peronismo también iría derechito a su peor elección.
Massa, estancado en 20%
Lo más curioso de todo esto que pasó y vimos todos, es que ahora los poderosos jefes peronistas del Conurbano empiezan a preocuparse porque Massa no despega en la encuestas y que, si hoy fuesen las PASO, al nuevo renovador del kirchnerismo le pasaría lo mismo que a Cristina, Alberto o Wado: también dejaría al peronismo en una elección históricamente mala
«Punto más, punto menos todos lo tenemos a Sergio más cerca del 20% que del 25%. Todavía tiene un mes para pegar el salto, pero si en dos semanas sigue estancado, el peronismo del Conurbano entrará en pánico», advierte el intendente del populoso segundo cordón del GBA.
En el Conurbano, cuando los intendentes enfrentan una elección con pánico, la respuesta es el corte de boleta. Es decir, se activa automáticamente, casi por inercia, el instinto de supervivencia para retener el poder.
Aún previendo un panorama complicado, es decir, con Massa estancado y Javier Milei cayendo, como parece la foto actual, los jefes municipales «no nos vamos a quemar ahora en las PASO repartiendo boletas cortas, quedaríamos muy expuestos», señala uno de ellos.
Pero casi todos coinciden que un mal resultado de Massa en las Primarias desencadenará un operativo corte «quizás nunca visto en el Conurbano». Incluso, hasta no se descarta que salgan a repartir boletas cortas locales junto a las de otros candidatos en las categorías más altas. Algo esto ya se vivió en 2009, cuando el propio Néstor Kirhcner perdió en Buenos Aires frente a Francisco De Narvaez y entró en cólera acusando a varios caciques municipales de traidores.
Los caciques peronistas ya avisan que, como viene todo, ninguna comuna del Conurbano podrá superar el 50% de los votos. «Hoy es absolutamente así. Y si eso pasa, sobre todo en la Tercera Sección, no se podrá compensar el fuerte voto opositor del interior de la provincia».
En ese escenario, «Kicillof está jodido», reconoce otro intendente fuerte que se confia en conseguir su reelección pero «ni en pedo con los porcentajes de otras elecciones».
En La Matanza, por ejemplo, cerca de Fernando Espinoza hablan de un Massa que no llega a 30 puntos y 7 de Grabois. «Si en la cuna del peronismo no se llega a los 40 puntos, la elección podría ser una catástrofe», le señala a Clarín un estudioso del Gran Buenos Aires que tiene diálogo fluido con todos los intendentes.
Otra curiosidad, Massa, Cristina, Máximo y los jefes del GBA necesitan como nunca a la derecha de Milei. «SI Milei no se arrima al 15 % de los votos, Cambiemos gana en primera vuelta», se lamentan.