Rodriguez Larreta y Bullrich decidieron no debatir en las PASO

Los cruces y la discusión entre Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich sobre el modo de encarar los cambios -el cómo, el adverbio repetido por ambos en estos días- se sucedieron en las últimas semanas y seguirán durante la campaña hasta las PASO, pero no habrá debate formal entre los precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio.

En eso los rivales del PRO se pusieron de acuerdo: coincidieron en descartarlo para no profundizar ni exponer todavía más la interna, con el riesgo de una confrontación televisada con derivaciones imprevisibles y que implicara un beneficio para Sergio Massa y Javier Milei, que tampoco tendrán debate, más que el provecho que pudiera obtener alguno de los dos en relación con su rival dentro de la coalición opositora.

El canal TN había propuesto organizarlo y hubo reuniones con representantes de Rodríguez Larreta y Bullrich, pero finalmente quedó confirmado que no habrá debate en esta instancia. Tampoco prosperaron las invitaciones que los precandidatos recibieron de la TV Pública y LN+.

“Hubo un acuerdo para no hacerlo. La gente no quiere ver a los dirigentes peléandose por una candidatura”, argumentaron del lado del jefe de Gobierno porteño. “Patricia está acostumbrada y no tenía problema, pero no lo vemos necesario en este momento. ¿Massa va a debatir con Grabois? No íbamos a ser los únicos”, consideraron en el equipo de Bullrich.

La ley 27.337, sancionada en 2016, les dio carácter obligatorio a los debates presidenciales, pero no para las PASO sino en la previa a las elecciones generales. Como en 2019, habrá dos (uno de ellos en una provincia) y en caso de que alguno de los candidatos no asista será sancionado con la quita de espacios de publicidad audiovisual.

La norma también establece que habrá otro debate en un eventual balotaje. Para las primarias, en cambio, depende de la decisión de cada postulante y de un acuerdo con sus competidores. En Juntos por el Cambio tampoco habrá debate entre Martín Lousteau y Jorge Macri en la Ciudad -el radical le endilgó el fracaso de las negociaciones a su rival del PRO- ni entre Diego Santilli y Néstor Grindetti, en la provincia de Buenos Aires.

La discusión pública entre ambos escaló en las últimas semanas, desde que cerraron las listas y arrancó el tramo final de la campaña. “Yo propongo un camino distinto, el de los hechos. Hay que hacer un cambio de fondo, pero el cómo hace toda la diferencia entre lograrlo o no. El camino de querer imponer los cambios a las trompadas nos condujo a la inflación, la inseguridad y la frustración”, cuestionó el jefe de Gobierno esta semana el spot en el que su rival plantea que “si no es todo, es nada” y que los problemas no se resuelven con “diálogo” o “consenso”.

“Mi programa es un programa de transformación, de cambio de fondo. No es un cambio de tibios, pero no es un cambio violento. Es un cambio en paz. Ahora, tibiezas no”, replicó Bullrich en una actividad de campaña en Vicente López.

La ex ministra de Seguridad a su vez se cruzó con Massa, que priorizó a la precandidata del PRO para confrontar en mayor medida que con Rodríguez Larreta, cuando se plegó a la estrategia K de advertir que en caso de imponerse este año un postulante de la oposición, en especial Bullrich y Milei, habrá un “ajuste con represión” a partir de diciembre.

“Estábamos preparados, sabíamos que iba a pasar. Ellos saben que Patricia está arriba”, aprovecharon en el búnker de la ex titular del PRO para exhibir confianza en el duelo contra Rodríguez Larreta. “Si no cometemos errores no forzados, la elección está para nosotros”, siguieron con el discurso optimista, y la necesidad de evitar pasos en falso como los dichos de Bullrich sobre el porcentaje equivocado de extranjeros en las universidades públicas.

Eligen confrontar con ella porque les conviene, piensan que le ganan. Horacio es un contrincante más difícil para el balotaje”, contrapusieron en el campamento del jefe de Gobierno. “Al kirchnerismo el discurso de ella le viene al pelo, pero no creemos que la gente quiera resolver los problemas que tiene en la calle y con violencia”, marcaron.

Rodríguez Larreta tiene previsto sostener su estrategia de mostrarse más moderado y alejado de los extremos, aunque durante una recorrida de campaña por San Fernando volvió a remitir a sus disputas con el Gobierno. “Andar criticando al otro desde la tribuna es fácil, yo en cambio me enfrenté al kirchnerismo cuando me quisieron cerrar las escuelas, me planté y las abrí”, aseguró el alcalde porteño, y también aludió a la discusión por las pistolas Taser: “Después de años empiezan a funcionar. Esas son las peleas que valen, las que le mejoran la vida a la gente

Fuente: Clarín

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