La inflación en Argentina durante mayo fue del 7,8%, mostrando una disminución de 0,6 puntos porcentuales en comparación con el mes anterior. En los últimos 12 meses, la variación alcanzó el 114,2%. Los rubros de servicios, restaurantes y hoteles, y salud fueron los principales impulsores de los aumentos. El sector de alimentos y bebidas no alcohólicas experimentó un incremento del 5,8%. La inflación se ha mantenido en una tendencia alcista en los últimos meses, y las regiones más afectadas fueron el noroeste y el Gran Buenos Aires. En cuanto a los productos, el tomate redondo y el azúcar registraron las mayores subidas, mientras que la lechuga y la naranja tuvieron descensos significativos en sus precios. El índice de precios al consumidor núcleo se situó en el 7,8%, mientras que los estacionales aumentaron un 6% y los regulados, que incluyen servicios, experimentaron un incremento del 9%.
Durante una entrevista, el presidente Alberto Fernández reconoció el problema serio de la inflación en Argentina y señaló que no comenzó durante su gestión. Comparándola con el contexto internacional, mencionó que en otros países la inflación fue aún más alta. Sin embargo, admitió que no se puede vivir con una inflación del 100%. Fernández atribuyó la subida de precios a la guerra de Ucrania, movimientos dentro del Gobierno y a la «profecía autocumplida» en la que los comerciantes aumentan los precios por precaución. El dato de mayo se dio a conocer en un momento político importante, durante el cierre de alianzas electorales y el proceso de elaboración de listas para las elecciones de agosto, por lo que se espera que tenga un impacto significativo.