Las recientes elecciones primarias han dejado a Argentina en un estado de incertidumbre económica, con consecuencias directas en los comercios y supermercados. Esta situación se agrava aún más por la abrupta devaluación del peso, que ha sufrido una caída del 22%. En respuesta, muchos proveedores mayoristas han pausado la entrega de mercaderías, aguardando claridad en el panorama económico.
Los comerciantes de la provincia han señalado que distribuidores están deteniendo la entrega de productos mientras deciden los ajustes a los precios. Ya se han presentado nuevas listas de precios que indican aumentos superiores al 20% en diversos rubros, incluyendo calzado, indumentaria y electrónica. A ello se suma que el incremento de precios no se ha limitado solo a los bienes básicos; el costo del combustible también ha empezado a escalar, con estaciones de servicio mostrando subas que superan el mencionado 20%.
El epicentro de esta inestabilidad económica es el mercado cambiario. El dólar, la moneda de referencia, ha superado los 700 pesos y sigue ascendiendo, impactando el bolsillo de los ciudadanos, que ahora buscan maneras de proteger sus finanzas en un contexto de inflación que podría cerrar el mes con números alarmantes.
Nelson Lukoski, un destacado comerciante supermercadista de Posadas, mencionó la suspensión de ventas y entregas por parte de los proveedores, al menos por una semana. Esto indica que muchos negocios deberán subsistir con el stock actual hasta que la situación se normalice. La incertidumbre es tal que los consumidores ahora se encuentran con productos sin etiquetado de precios, ya que muchos comercios están en pleno proceso de actualización.
En diversos municipios, esta tendencia se repite, y aunque la devaluación fue del 22%, algunos productos han registrado aumentos de casi el 30%. Además, es relevante señalar que no todos los comercios han recibido las actualizaciones de precios de sus proveedores, dejándolos en una situación compleja para determinar los costos a los consumidores.