Alexei Navalny, el enemigo N° 1 de Vladimir Putin que había regresado a Rusia después de sobrevivir a un intento de envenenamiento, murió este viernes en una cárcel de ese país, informó el servicio penitenciario federal ruso en un comunicado.
«El 16 de febrero de 2024, en la colonia penitenciaria número 3, el recluso Navalny A.A. se sintió mal después de un paseo y casi inmediatamente perdió el conocimiento. Los trabajadores médicos de la institución llegaron inmediatamente y llamaron a un equipo médico de emergencia», indicó en un mensaje el Servicio Penitenciario Federal.
«Se llevaron a cabo todas las medidas de reanimación necesarias, pero no dieron resultados positivos. Los médicos de urgencias confirmaron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas de la muerte», informó la institución. Luego se informó que durante media hora se intentó revivirlo.
El motivo de su muerte es un misterio.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que el presidente Vladimir Putin ya fue «informado» de la muerte del opositor e indicó que no tiene precisiones sobre las causas del hecho.
Por su parte, el equipo que trabaja con Navalny afirmó que no fue informado de su muerte y consignó que un abogado se dirigía a la cárcel en la que estaba detenido.
La colonia penal donde estaba recluido Navalny, conocida como IK-3, está ubicada en el asentamiento ártico de Kharp a unas 1.000 millas al noreste de la prisión en la que había estado encarcelado durante gran parte del tiempo desde su arresto a principios de 2021.
El año pasado, el máximo opositor de Putin había estado desaparecido durante algunos días hasta que lo encontraron en esta prisión, ubicada al norte del Círculo Polar Ártico.
La IK-3 es una de las llamadas colonias penitenciarias “de régimen especial”. Son las unidades que mantienen a los presos en condiciones de detención extremadamente duras, las peores del sistema ruso, ya de por sí de los peores que pueden encontrarse entre los más de 50 países que verifica el Consejo de Europa.
Además, están en regiones muy aisladas y lejanas a cualquier núcleo de población, para dificultar en lo posible las visitas y las fugas. Sus seguidores entendieron que ese traslado buscó silenciar aún más a Navalny cuando Putin busca ser reelecto el mes que viene. Y lo será.
En agosto del año pasado, la Justicia rusa había condenado a Navalni a otros 19 años de prisión por extremismo (un cargo que puede traducirse como oposición al régimen de Putin), entre otros cargos.
Quién era Alexei Navalny
Navalny era él máximo opositor al gobierno de Putin a quien acusaba de subvertir la democracia postsoviética de su país para mantenerse en el poder.
A pesar de las repetidas detenciones y atentados, Navalny siguió siendo un crítico inquebrantable de Putin, quien, según la versión de Navalny, esquilmó los beneficios petroleros de Rusia para enriquecer a sus amigos y a su entorno en los servicios de seguridad, y luego utilizó esa influencia para mantenerse en el poder.
Navalny utilizó la política callejera y las redes sociales para construir un tenaz movimiento de oposición, incluso después de que gran parte de los medios de comunicación independientes en Rusia fueran aplastados y otros críticos fueran expulsados al exilio o asesinados en homicidios no resueltos.
Preso desde 2021
Navalny había estado tras las rejas desde enero de 2021, cuando regresó a Moscú después de recuperarse en Alemania de un envenenamiento con un agente nervioso del que atribuyó al Kremlin. Desde entonces, recibió tres sentencias de prisión, todas las cuales rechazó por considerarlas de motivación política.
Los líderes occidentales y otros que se han opuesto al gobierno de Putin elogiaron la valentía de Navalny. La salud del líder de la oposición se había deteriorado recientemente y la causa de su muerte sigue siendo desconocida, pero muchos líderes mundiales dijeron que responsabilizaban en última instancia a las autoridades rusas por su muerte.
“Su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo de un hombre sólo subrayan la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido. Rusia es responsable de esto”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, durante una conferencia en Alemania.
El canciller alemán Olaf Scholz dijo que Navalny “probablemente ahora haya pagado con su vida este coraje”.
Antes de su arresto, Navalny hizo campaña contra la corrupción oficial, organizó importantes protestas contra el Kremlin y se postuló para cargos públicos.
Un país donde los opositores desaparecen
En la Rusia de Putin, los oponentes políticos a menudo desaparecieron en medio de disputas entre facciones o se exiliaron después de ser encarcelados, sospechar envenenamientos u otras fuertes represiones. Pero Navalny se fortaleció constantemente y alcanzó la cúspide de la oposición a través de coraje, valentía y una profunda comprensión de cómo las redes sociales podían eludir la asfixia de los medios de comunicación independientes por parte del Kremlin.
Enfrentó cada revés, ya fuera una agresión física o un encarcelamiento, con una intensa devoción, enfrentando los peligros con un ingenio sardónico. Eso lo llevó a la audaz y fatídica decisión de regresar de Alemania a Rusia y a un arresto seguro del cual no salió vivo.
Recientemente, las autoridades penitenciarias habían encerrado repetidamente a Navalny en una celda pequeña para castigarlo por infracciones menores. El mes pasado, dijo en un comunicado difundido en las redes sociales que fue colocado en la celda después de que los funcionarios lo acusaran de negarse a “presentarse de acuerdo con el protocolo”.
La colocación en la celda pequeña significa que a los prisioneros sólo se les permite caminar afuera en un estrecho patio de concreto a las 6:30 a.m. “Pocas cosas son tan refrescantes como un paseo por Yamal a las 6:30 de la mañana”, escribió.
Navalny nació en Butyn, a unos 40 kilómetros de Moscú. Se licenció en derecho en la People’s Friendship University en 1998 y realizó una beca en Yale en 2010.