El gobierno de Gabriel Boric enfrenta un nuevo escándalo después de que se revelara que Susana Herrera, embajadora de Chile en el Reino Unido, utilizó su posición para obtener financiamiento estatal para un proyecto personal. Según un reportaje del diario chileno «La Tercera», Herrera, arquitecta y cercana al partido Federación Regionalista Verde Social (FRVS), presentó un proyecto a la Gobernación del Biobío para recaudar fondos públicos y privados, aproximadamente cinco millones de dólares, destinados a un mercado de maderas en Santa Juana afectado por incendios forestales. Herrera no siguió los procedimientos regulares y no informó a la Cancillería sobre dicha gestión.
La información del periódico detalla que ella envió una carta al gobernador de Concepción, Rodrigo Díaz, con el membrete oficial de la embajada, en la que solicitaba apoyo para el financiamiento. La revelación generó críticas tanto desde el oficialismo como desde la oposición, señalando falta de transparencia y probidad. Ante la presión, Susana Herrera renunció a su puesto de embajadora. Expertos en política ven este escándalo como otro golpe a la reputación del gobierno de Boric y aluden a la necesidad de que los funcionarios de carrera ocupen posiciones diplomáticas para evitar este tipo de situaciones.