La cantidad de ingresantes al Ciclo Básico Común bajó un 11,4% frente al año pasado y quedó abajo de los registros prepandemia. Las carreras
Si no se considera el alza extraordinaria de hace dos años, la UBA venía creciendo. Pero en 2022 ya mostró un 4% menos de ingresantes y la cifra hoy quedó incluso abajo de los registros prepandemia.
En el primer cuatrimestre de 2019 se habían anotado 62.054, 10% más que ahora, y antes, en 2018, 58.626, un 5% más. La última cifra más baja había sido en 2017, con 53.383 anotados, pero ese número había implicado un aumento del 5% respecto al año anterior.
Una es la culminación de los niveles medios durante la pandemia. «Atravesaron sus últimos años de secundario en cuarentena. Sumado a lo psicosocial, a muchos estudiantes no les permitió adquirir los conocimientos de la manera ideal». Remarca dificultades que se están viendo en materias como Análisis Matemático y Álgebra.
La otra foto, dice, es la situación económica. «Ese es el telón de fondo en el que piensan los jóvenes. Nos preocupa cómo salen del nivel medio y qué perspectivas tienen de ingresar a una carrera universitaria».
Clarín consultó por la tasa de promoción del CBC durante la pandemia, es decir, cuántas personas lo aprobaron durante la virtualidad, y los datos, que requieren «entre un año y medio y dos» para ser procesados, aún no están cerrados.
«Pero vemos que disminuyó la cantidad de promocionados (antes de rendir el final de las materias) respecto a 2019 y previamente», anticipa Vega Terra.
«Tienen un impacto en la demanda por estudios superiores. En el sector privado, por no poder afrontar las cuotas. Pero también afectan al sector público. Muchos jóvenes o dejan de estudiar por tener que salir a trabajar, o reducen la cantidad de horas que le dedican al estudio, con lo que aumenta la probabilidad de que abandonen», dice a Clarín.
A la vez, coincide con el director del CBC en que «si queremos aumentar la cantidad de egresados, primero debemos solucionar los problemas en los niveles previos, desde el preescolar hasta el secundario.
«No solo aumentar el número –dice Rabossi– sino que quienes se gradúan tengan las competencias necesarias para transitar una vida universitaria exitosa. Y ninguna de estas dos cosas ocurre. Seguimos con una baja cantidad de graduados del nivel secundario y su nivel de preparación, es mucho menos que satisfactorio».
En este descenso generalizado de ingresantes al CBC, en rigor, hay que empezar por las facultades que mostraron mayor caída y aplastaron el número total. Y en la de Ciencias Sociales ya se puede hablar de un derrumbe.
Para esa facultad en el primer cuatrimestre se anotaron 26% menos estudiantes que el año pasado (1.655 contra 2.251). La tendencia era clara desde el año pasado, cuando fueron 30% menos que en el primer cuatrimestre de 2021.
Y si se compara con 2018 -cuando Sociales llegó a casi 4.000 aspirantes-, en 2023 se anotaron casi 58% alumnos menos: perdió más de la mitad en 5 años.
«Es una tendencia mundial. La matrícula va cambiando de las Humanísticas hacia Ciencia, Técnica, Salud. La baja en Sociales está vinculada a la salida laboral, que no funciona como atractivo en esas carreras, pero también a tendencias generales, como la fuerza que ciertas disciplinas –las Ciencias de la Salud, la Medicina, la Farmacia, la Tecnología– tienen en la vida real«, apunta.
Según datos de 2022, carreras similares de universidades públicas del Conurbano vienen creciendo. Como Sociología en la Universidad de San Martín (Unsam) y Tres de Febrero (Untref); o Comunicación Social en Lomas de Zamora y también Untref. ¿Por qué cada vez atrae menos estudiar Ciencias Sociales en la UBA?
«La UBA en estas carreras compite con muchas universidades, privadas y públicas. Ciencia Política por ejemplo tiene competencia prácticamente con todas las universidades en el AMBA. Son carreras que tienen menos diferencial, menos tradición en la UBA», señala el director del CBC.
Sociales no es la única facultad que cayó en el aspiracional de ingreso a la UBA. En Filosofía y Letras se inscribieron 21% menos que el año pasado y en Derecho el descenso fue del 15%.
Ahí hay otro dato clave: a diferencia de Sociales, que viene cayendo desde hace varios años, Derecho va por su segundo año en baja. Una caída que parecía estacional, anual, podría convertirse en tendencia.
Hablando de carreras con tradición y prestigio, no hay dudas de que la UBA es la oferta más atractiva en varias vocaciones. Medicina está a la cabeza.
«Es una carrera de la UBA que no tiene competencia. Este año hubo menos inscriptos que el año pasado (bajó 17%), que fueron 20.004, pero la matrícula sigue altísima: 16.624. Estamos afianzados en carreras las tradicionales, no hay un traslado ahí a las privadas o a las universidades del Conurbano. También en todas las que tengan que ver con Ciencia y Técnica, que vienen creciendo. Ingeniería viene muy bien», concluye Vega Terra.
El descenso también se dio en Agronomía (17%) y Económicas. Pero en Psicología, que bajó 11% en cantidad de inscriptos respecto al año pasado, la matrícula general de esa carrera en la UBA es más grande que universidades enteras.
Frente al año pasado, crecieron Odontología, un 18% (1.187 contra 1.406 de ahora) , Arquitectura Y Urbanismo, casi el 2% (7.267 contra 7.385), Veterinarias (2%) y Ciencias Exactas.
Como era de esperarse, las carreras que vienen mostrando atractivo son las vinculadas a la computación e informática. Y la «perlita» es la nueva Licenciatura de Ciencias de Datos. En solo cuatro años de existencia fue por segundo año consecutivo la más elegida dentro de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Pero sus 525 inscriptos actuales al CBC son menos que los 599 del año pasado.
fuente: Clarín.