Las finanzas provinciales enfrentan un panorama complejo rumbo al Pacto de Mayo.
A pesar de que el Gobierno nacional celebra un superávit financiero en el primer bimestre del año, las provincias sienten el impacto de la reducción en las transferencias nacionales, evidenciando la tensión entre la Nación y los gobernadores. Este escenario adquiere particular relevancia ante la convocatoria del presidente Javier Milei al «Pacto de Mayo», donde se busca firmar un compromiso por un equilibrio fiscal. Analytica señala que parte del superávit se debe a una notable contracción en las transferencias a las provincias, junto a otras medidas como la reducción de la obra pública y ajustes en jubilaciones.
Las provincias experimentan una merma en las transferencias automáticas por coparticipación, afectando su situación fiscal y limitando sus opciones de endeudamiento. Esto, sumado a las intenciones del gobierno de restringir el crédito de los bancos provinciales, pone a las jurisdicciones en una posición desafiante de cara a las negociaciones del Pacto de Mayo.
La heterogeneidad entre las 24 provincias implica capacidades de negociación diferenciadas, lo que será crucial en las conversaciones para el pacto. Algunas provincias, como la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza, podrían tener mayor poder de negociación, mientras que otras, como Chaco y Santa Fe, podrían verse más presionadas a recortar gastos.
El análisis de Analytica sobre la solidez fiscal y el stock financiero de cada provincia muestra que la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza están mejor posicionadas, contrastando con la situación más complicada de Chaco, Santa Fe, Tucumán y La Rioja. Las provincias con mayor dependencia de la coparticipación enfrentan el desafío de fomentar el desarrollo de un sector privado robusto, para reducir su necesidad de actuar como «empleadores de última instancia».
El ajuste fiscal nacional recae negativamente en las finanzas provinciales, lo que complica el panorama político y económico a futuro. Las provincias deben navegar entre la necesidad de mantener una buena relación con la Nación y la urgencia de generar recursos propios, en un contexto donde aumentar la recaudación de impuestos aparece como una opción poco viable políticamente.
La capacidad de cada gobernador para negociar en el contexto del Pacto de Mayo dependerá de la solidez fiscal y la autonomía financiera de su provincia. Este escenario de negociación definirá si las provincias optan por un mayor ajuste en el empleo público o si logran una transición financiada mediante deuda o recursos frescos desde la Nación.
Extracto: Las finanzas provinciales se encuentran en una encrucijada frente al Pacto de Mayo, con la capacidad de negociación de cada gobernador influenciada por la solidez fiscal y la dependencia de la Nación.