Estados Unidos brindó este martes un apoyo clave al programa de Argentina con el Fondo Monetario Internacional, que debe aún ser aprobado por el directorio ejecutivo del organismo, y dijo a Clarín que es “es una herramienta importante” hacia la estabilidad y prosperidad del país.
El respaldo de Estados Unidos –el principal accionista del Fondo– sucede horas antes de que se encuentren el presidente Javier Milei y la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en Davos. Y a pocos días de que el directorio del organismo se reúna en Washington para dar luz verde al programa.
Ante una consulta de esta corresponsal sobre las políticas que encara el gobierno de Milei y el apoyo estadounidense a las negociaciones con el FMI, un portavoz del Departamento de Estado dijo: “Apoyamos la continuidad del compromiso entre la Argentina y el FMI. El programa del FMI es una herramienta importante para apoyar a Argentina mientras traza un rumbo hacia una mayor estabilidad económica y prosperidad”.
Por último, el portavoz señaló otros aspectos importantes para la relación bilateral: “Estados Unidos continúa trabajando con Argentina y el gobierno del presidente Milei en prioridades compartidas que benefician a los pueblos de nuestros países, incluida la protección de los derechos humanos y la democracia, la lucha contra el cambio climático y la inversión en la clase media”, dijo el portavoz.
El respaldo del gobierno de Biden llega justo horas antes de la primera reunión cara a cara entre el presidente Milei y Georgieva en Davos, un esperado encuentro que no se concretó cuando el líder libertario visitó Washington cuando era presidente electo.
Este acuerdo, que fue negociado de forma virtual y fue sellado el miércoles pasado con una delegación del FMI en Buenos Aires, revivió el programa que estaba “descarrilado”, con su séptima revisión de noviembre congelada, porque el ministro y candidato Sergio Massa había lanzado el “Plan Platita” e incumplido todas las metas que había pactado. El FMI dijo que el programa se había “desviado gravemente”.
El programa resucitado y renovado estableció nuevos objetivos de reservas (US$10.000 millones de dólares a fin de año) y de equilibrio fiscal (prevén un 2% de superávit), dos hitos ambiciosos que buscan cumplir con un duro plan de ajuste. Además, logra un alivio importante para poder superar los vencimientos hasta abril. Un “puente” hasta que lleguen los dólares frescos de la cosecha.
A la Casa Blanca le agrada esta visión promercado y liberalizadora que propone Milei. También que el presidente diga a los cuatro vientos que quiere ser un aliado de Estados Unidos e Israel y que se distancie de las dictaduras regionales y de China.
Días atrás, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional había dicho a La Nación que le daban la bienvenida “a los esfuerzos del gobierno de la Argentina que apuntan a restaurar la estabilidad económica y continuamos discutiendo la importancia de enfocarse en mantener el apoyo a los argentinos más vulnerables durante el difícil proceso de ajuste”, sin mencionar específicamente el acuerdo con el FMI.
El apoyo de Estados Unidos al programa es crucial en el directorio ejecutivo del organismo que pronto tiene que dar el visto bueno al programa. Como primera potencia económica mundial, es el que más votos y dinero aporta y su voz tiene un peso fundamental en cualquier decisión. Algunos miembros del directorio –sobre todo Japón y Alemania– están cansados de los incumplimientos seriales de Argentina y son reticentes a darle más oportunidades.
Incluso el Tesoro –que a diferencia de la Casa Blanca estaba muy renuente a seguir dando apoyo al gobierno de Alberto Fernández— ahora tuvo gestos importantes con Milei. Una señal fue la visita a Buenos Aires del funcionario clave del Tesoro Jay Shambaugh, que meses atrás había sugerido dejar de apoyar a la Argentina, y que esta vez dio la bienvenida al plan de ajuste del nuevo presidente, aunque pidió mantener el apoyo a los más vulnerables.