El padre Alberto Barros, vicepresidente de Cáritas Posadas, ha emitido una grave advertencia sobre la situación de pobreza y deterioro social en Argentina, criticando duramente las políticas económicas actuales que buscan alcanzar el déficit cero a costa de profundizar la pobreza y el hambre en la población. Barros califica el recorte a la asistencia alimentaria como una muestra de «insensibilidad impresionante» por parte de las autoridades, las cuales, según él, muestran un desinterés evidente por el sufrimiento de la gente. Esta situación se ve agravada por un aumento del 13% en la tasa de pobreza en tan solo dos meses, pasando del 44% al 57,4% en enero, según datos del Observatorio para la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El sacerdote denuncia que la celebración del superávit financiero por parte del gobierno ignora el costo humano de estas políticas, donde millones de argentinos enfrentan no solo la dificultad de acceder a alimentos y medicinas sino también a necesidades básicas como útiles escolares para sus hijos. Además, critica el recorte de asistencia a comedores, argumentando que la necesidad de estos servicios no se debe a la falta de voluntad de trabajo de la población, sino a la insuficiencia de recursos para cubrir las necesidades básicas.
Barros también señala la falta de normalización de la ayuda alimentaria a través de organizaciones barriales y movimientos sociales, criticando las excusas del gobierno de falta de transparencia para justificar estos cortes. Subraya la ironía de que familias de clase media, tradicionalmente no beneficiarias de ayuda alimentaria, ahora se vean forzadas a solicitarla debido a la severa crisis económica.
El vicepresidente de Cáritas Posadas condena el ajuste económico que, en su opinión, sacrifica el bienestar de la mayoría para beneficiar a sectores poderosos, criticando duramente la gestión del gobierno de Milei por su enfoque violento y desconectado de la realidad, exacerbando la polarización política en un momento en que la unidad nacional es más necesaria que nunca.
Esta situación refleja no solo una crisis económica sino también una profunda crisis social y moral, donde las medidas de austeridad impuestas impactan desproporcionadamente a los más vulnerables, evidenciando un desafío crítico para la sociedad argentina en su conjunto.