Hubo hoy operaciones pactadas para liquidar mañana a $353,50, considerando el ajuste de $3 que el ministro Massa había anticipado en su paso por LN+
Tres meses después de haberlo dispuesto, aunque mientras convalidaba a la vez más y más tipos de cambio diferenciales, el Gobierno procederá mañana a mover el tipo de cambio oficial que había congelado en $350: dispondrá una devaluación del 0,86% del peso en la jornada y, de allí en más volverá al esquema de minidevaluaciones o crawling peg, actualizándolo un 3% en lo que resta de noviembre hasta finalizar el mes.
El esquema, que había sido anticipado días atrás por el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, y semanas atrás por su segundo en esa cartera, el economista Gabriel Rubinstein, fue convalidado hoy en el mercado mayorista oficial donde ya se pactaron operaciones a liquidarse efectivamente mañana a $353,50, luego de haber transado las del día a $349,10/350,10 por unidad para la compra y venta, respectivamente. Son “quince centavos por encima del cierre de ayer”, apuntó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios, tras haber detectado el reacomodamiento ya convalidado para las próximas 24 horas.
Las empresas y operadores que se lanzaron a concretar estos negocios no sólo conocían los dichos previos de los funcionario al respecto sino que además contaron, según confesaron algunos de ellos a LA NACION, con “guiños oficiales” al respecto.
El congelamiento del tipo de cambio referencial fue resuelto tras el aumento del 21% dispuesto por el Gobierno tras la últimas elecciones primarias. Su esquema de salida ya había sido adelantado al mercado por funcionarios de Economía al tener que responder críticas por esa estrategia y su impacto sobre la inflación y tratar de aplacar expectativas sobre un nuevo salto devaluatorio.
El primero en manifestarse al respecto había sido Rubinstein, al salir al cruce de proyecciones realizadas por su colega Carlos Melconian, quien -en su carácter de referente económico de la por entonces candidata Patricia Bullrich- había dicho cuatro jornadas antes de las elecciones presidenciales que el “día después” de ellas el dólar oficial debería ya estar a $500.
“El 23 de octubre el dólar oficial estará en $350. Ya todos se han percatado, en el país y en el exterior, que sin un monto de dólares significativo para controlar el financiero, la maxi deva no sirve. Y desde el 15 de noviembre, crawl al 3% mensual”, le contestó por la red social X (ex Twitter), dando la primera “pista” al respecto.
La segunda “pista”, que completó lo ideado por el Gobierno, la entregó el propio ministro Massa en una entrevista concedida a LN+ a comienzos de la semana pasada. “No [va a haber devaluación]. Porque hay establecido un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de que el 15 de noviembre, antes del balotaje, empiece el crawling peg. El primer día de crawl son $3, $3,53, para aquellos que especulan con el dólar futuro”, detalló aquel día.
El descongelamiento llega cuando el tipo de cambio real multilateral -según estadísticas del propio Banco Central (BCRA)- está en 82,5 puntos, su menor nivel en más de seis años y atrasado en 17,5 puntos con respecto al nivel 100 que se reconoce como de “equilibrio”.
A ese nivel de retraso llegó tras haber arrancado la administración de Alberto Fernández en 124 puntos y haber saltado de 96,1 a 116,1 puntos luego de la devaluación “sin plan” dispuesta tras las PASO, es decir, antes de resultar fuertemente esmerilado por la inflación del 33% que provocó en los tres meses siguientes dado el rápido traslado a precios que se produjo.
Y cuando la hoja de balance del BCRA muestra un deterioro sólo similar a los peores momentos de los años 80 y su posición de reservas es la peor de los últimos 30 años, a pesar de que -tras las elecciones- se bloqueó a buena parte de la demanda importadora para que no sólo deje de vender lo que ya no tiene, sino que además pueda recomprar unos US$700 millones.
Hoy, el BCRA no sólo se quedó sin dólares, sino que ya no le queda nada que vender (a excepción de la posición que conserva en oro) para tratar de conseguirlos: mientras su activo está plagado de bonos de la deuda pública que, en el mejor de los casos, cotizan como papeles basura, su pasivo no deja de crecer y marcar récords, con un costo de mantenimiento que ya supera los $2 billones al mes y explica casi dos tercios de la emisión monetaria que está obligado a sostener, en un contexto de caída histórica en la demanda de pesos.
“A esta altura ya se vuelve necesario ajustar de alguna manera el tipo de cambio oficial. Desde la devaluación del 14 de agosto, como resultado de la inflación creciente y el dólar pisado, el tipo de cambio se apreció 38%. Y ajustado por inflación hoy es 13,7% más bajo que el vigente en la previa a las PASO”, explica el economista Nery Persichini, de GMA Capital.
“Ya está en su nivel más bajo desde 2017 y se acercaba a alcanzar el nivel que dejó el segundo gobierno de CFK”, acotó el especialista, al hacer referencia a la fascinación que los distintos gobiernos parecen tener con el atraso cambiario, dada la manipulación que le permite hacer de la presentación de algunas estadísticas públicas.
“El tipo de cambio real de competitividad sería hoy de $484, lo que revela que el referencial a $350 quedó muy atrasado. Era una situación insostenible. El descongelamiento al que proceden ahora es porque lo tenían pactado con el FMI, pero parece más una mímica, porque el esquema de crawling peg planteado no alivia para nada el desequilibrio ni hará que aparezcan la oferta de dólares. Es un esquema temporal para la transición nomás”, advirtió el economista Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora EcoGo. Y para tener alguna idea sobre cuál será el punto de partida de la política cambiaria que viene, habrá que esperar “que asuma el próximo Gobierno”, redondeó.
Fuente: La Nación