Los incendios forestales en Hawái han causado la muerte de al menos 55 personas, y se teme que este número aumente sustancialmente. Más de 800 hectáreas en dos islas del archipiélago han sido devastadas, con la isla de Maui, que fue capital del reino hawaiano en el siglo XIX, siendo la más afectada. El fuego destruyó el 80% de Lahaina, una popular zona turística en Maui, obligando a al menos 100 residentes a saltar al agua para escapar de las llamas. Las autoridades creen que los incendios fueron impulsados por las condiciones secas y los fuertes vientos del huracán Dora. La infraestructura de comunicaciones sufrió graves interrupciones, lo que llevó a cuestionar la eficacia del sistema de alerta de emergencias de Hawái. Este desastre se ha catalogado como el peor en el estado desde un tsunami en 1960 y el incendio más mortífero en los Estados Unidos desde el incendio de Camp en California en 2018. Las autoridades y expertos vinculan estos desastres extremos al cambio climático.