La coparticipación federal a provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) experimentó en febrero una caída real interanual del 20.4%, marcando la disminución más pronunciada en los últimos 45 meses. Esta tendencia negativa, la peor desde mayo de 2020, durante el apogeo de la pandemia de Covid-19, refleja un escenario cada vez más complicado para las finanzas provinciales argentinas. Con una pérdida acumulada de $566.082 millones a precios actuales, la situación fiscal de las jurisdicciones se encuentra en una posición precaria.
Esta merma en la coparticipación se suma al casi total cese de las transferencias discrecionales por parte del gobierno nacional, profundizando la asfixia financiera de las provincias. El descenso en la recaudación se ve principalmente afectado por la caída en el impuesto a las ganancias, que en febrero alcanzó un 39% interanual, mientras que el IVA mostró un leve repunte del 2.3%.
El ajuste doble, tanto en fondos automáticos como discrecionales, pone en jaque a los gobernadores, quienes ya venían de semanas de tensión con el presidente Javier Milei. La llamada a firmar un nuevo compromiso para la Ley de Bases, como antesala al «Pacto de Mayo» propuesto por Milei, parece no ofrecer un alivio inmediato ante la crisis financiera que se avecina.