En el segundo trimestre del año, el crecimiento económico de China se situó en un 6,3%, por debajo de las previsiones de los expertos que esperaban un crecimiento del 7%. Esto ha aumentado las preocupaciones sobre el aumento del desempleo juvenil y la debilidad del sector inmobiliario, lo que podría llevar al gobierno a aumentar su apoyo a la recuperación económica posterior a la pandemia. Los mercados reaccionaron con pérdidas y los analistas alertaron que «la recuperación va de mal en peor». La inversión en desarrollo inmobiliario se desplomó un 7,9% en la primera mitad del año, y el desempleo juvenil alcanzó un récord del 21,3% en junio. El gobierno chino ajustará las políticas para estabilizar el crecimiento, pero los analistas advierten que el aumento del gasto público no será una solución milagrosa. Estas cifras refuerzan la necesidad de medidas adicionales para impulsar la economía y mantener la estabilidad en China.