En una operación nocturna, fuerzas ecuatorianas ingresaron por la fuerza a la embajada, ubicada en una zona concurrida de Quito, y detuvieron a Glas, generando preocupación por la seguridad del personal diplomático mexicano y de Glas mismo. La acción ha causado indignación tanto dentro de Ecuador como en la comunidad internacional, poniendo en duda el respeto del gobierno de Noboa por las normas internacionales.
Este incidente llega en un momento políticamente delicado para México, a menos de dos meses de las elecciones presidenciales, con candidatos de diversas ideologías uniendo voces en condena a la incursión ecuatoriana. A su vez, el gobierno de Ecuador se defiende, argumentando que Glas, condenado por corrupción, no puede considerarse un perseguido político y que su captura era justificada.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa denunció el asalto como un acto sin precedentes en la historia latinoamericana, marcando un punto bajo en el respeto por las leyes internacionales y evidenciando una crisis en el Estado de derecho en Ecuador.
Extracto: La incursión de Ecuador en la embajada de México en Quito marca un grave deterioro en las relaciones diplomáticas entre ambos países, destacando tensiones en el respeto a las convenciones internacionales y las leyes de asilo.