Las manifestaciones violentas en Francia continúan tras la muerte de Nahel, un joven de 17 años que fue abatido por un disparo policial. Desde el inicio de las protestas, más de 3.000 personas han sido arrestadas, incluyendo 157 detenciones en la última noche de disturbios.
La situación empeoró aún más con la trágica muerte de un bombero de 24 años en Saint-Denis, cerca de París, mientras apagaba un incendio de autos. Los disturbios han dejado un saldo de tres heridos entre las fuerzas de seguridad, 352 incendios en la vía pública y 297 vehículos quemados. Incluso se han registrado ataques a un puesto de policía y una caserna de gendarmes.
A pesar de los llamamientos a la calma por parte de diversos sectores políticos y sociales, las protestas y los enfrentamientos con la policía han continuado. Alrededor de 260 casos de las más de 3.000 detenciones han sido enviados para juicio inmediato.
En medio de este escenario tenso, el presidente Emmanuel Macron se reunirá con los representantes del Parlamento para abordar la situación. Macron ha instado a sus ministros a restaurar el orden y garantizar el retorno a la calma, mientras muestra su apoyo a las fuerzas de seguridad que han estado movilizadas día y noche.
La abuela de Nahel, conocida como ‘Nadia’, hizo un llamado a la calma y pidió el cese de los actos de violencia. Expresó su frustración por el uso de la muerte de su nieto como una excusa para la destrucción de propiedades, especialmente escuelas y autobuses, que afectan a las madres y a la sociedad en general.
La situación sigue siendo tensa en Francia, y se espera que las autoridades continúen trabajando para resolver los problemas y restaurar la paz en el país.