Daniel Ketchibachian, el CEO de la empresa del grupo Eurnekian, adelanta cuáles son los planes para crecer a nivel internacional; Asia y África son los grandes mercados a los que apuntan, aunque sin descuidar la región; además cuenta cuando van a empezar a verse los resultados de la desregulación que impulsa el Gobierno y explica por qué no le interesa tener una línea aérea
Aeropuertos Argentina se prepara para volar a nuevos destinos. La empresa del grupo Eurnekian que opera las principales terminales aéreas del país busca reforzar su condición de jugador global, sumando nuevos aeropuertos, con la mira puesta tanto en países vecinos como Brasil y Paraguay como en destinos más exóticos en África y Asia, replicando la experiencia que ya tienen en Armenia, la tierra de los antepasados de Eurnekian.
En una entrevista con LA NACION, Daniel Ketchibachian, el CEO de Aeropuertos Argentina (ex Aeropuertos Argentina 2000), además anticipa cuando empezarán a notarse los resultados de la desregulación del mercado aéreo que impulsa el Gobierno, explica los detalles de la nueva estrategia de la compañía enfocada en los pasajeros, adelanta los cambios que están haciendo en Ezeiza y Aeroparque -que incluyen mejoras en los accesos y la llegada de marcas internacionales para ampliar la oferta de locales comerciales- y cuenta porque no figura en los planes de la compañía participar en una eventual privatización de Aerolíneas Argentinas.
-El gobierno está muy decidido a avanzar en una desregulación del mercado aerocomercial y en la política de cielos abiertos. ¿Cómo impacta en el negocio de la empresa?
-A mi gusta verlo desde un punto de vista técnico. Con muchísima humildad, creo que soy muy conocedor de esta industria, porque hace 24 años que estoy trabajando en aeropuertos y siento que todo lo que se haga en materia de aviación tiene que ser coordinado con el trabajo que se haga para fomentar el turismo. En general se pone el acento en cómo le va a una aerolínea en particular o una ciudad o un aeropuerto. Yo creo que hay volver a tener esa mirada integral. Partiendo de esa idea todo lo que sea apertura y signifique más llegada de empresas locales y extranjeras es recontra bienvenido. Yo divido lo que puede pasar en dos frentes: el internacional y el doméstico. Desde el punto de vista internacional, creo que los acuerdos bilaterales de apertura de los cielos son algo muy positivo. Que vengan más aerolíneas y que podamos volar a otros países está bárbaro, aunque no hay que perder de vista que siempre va a ser un mercado regulado. En casi ningún país del mundo vos entrás y salís cuando querés, en lo que se conoce como el modelo Singapur. Además, las aerolíneas planifican sus próximos movimientos con plazos muy largos. De hecho, ya tienen puesta a la venta todos sus vuelos hasta marzo de 2025. Antes de ese momento, es muy difícil que pase algo, porque en este negocio se trabaja con una planificación de muy largo plazo. Se tiene que entender así. Y además hay que ver qué pasa con la economía del país. No hay acuerdo bilateral que pueda estar por encima del volumen que la Argentina emita y reciba de turistas. Por eso hay que hacer un montón de trabajo. No alcanza con decir “abro los cielos” para que haya una lluvia de aviones. Además, tampoco es que hasta ahora había una ultra restricción para operar en el mercado local.
-¿Pero se espera un crecimiento de la oferta, con más aerolíneas llegando al país?
-Puede ser, pero lo que veo como más interesante es que puede haber más frecuencias de las aerolíneas que ya están volando, porque hoy no es que nos faltan muchas líneas aéreas. La Argentina es un país que históricamente no está tan conectado en materia aérea por su ubicación geográfica. Tiene un vuelo a París, un vuelo a Holanda y dos a Madrid. Por eso en las malas, tampoco caen tanto los vuelos, porque la frecuencia diaria a París Air France la va a mantener, pero el tema es que pueda agregar otro vuelo.
-¿Y qué puede pasar en el mercado doméstico?
-Es un mercado distinto, al que hay que trabajarlo de manera distinta. Hace unos días estuve en un foro en Brasil, donde se hablaba de la realidad del mercado de ese país. En Brasil tenés tres aerolíneas domésticas y los precios son carísimos. Uno podría pensar que como no hay restricciones para la llegada de nuevos jugadores cualquiera podría ingresar pero no es fácil. De hecho, Gol y Latam están en chapter 11 (concurso de acreedores) y Gol acaba de anunciar que estaba estudiando una integración de códigos compartidos con Azul, lo que quiere decir que están estudiando fusionarse. Brasil que tiene un mercado gigante, hoy cuenta con solo tres jugadores en el mercado doméstico y quizás van a quedar dos. ¿Qué quiero decir con esto? Por más regulación que hagas, la clave es cómo se va a manejar la reglamentación para que haya una competencia leal
-¿Y cómo ven los cambios que se anunciaron en Aeroparque en materia de servicios de rampas y posiciones de los aviones?
-Los cambios en Aeroparque están haciendo que se puedan asignar capacidades en base a las necesidades de las aerolíneas lo cual es muy positivo. Cuando tenés una aerolínea de bandera a veces sucede que los organismos del Estado terminan priorizando los intereses de esa empresa. No soy yo decir si estaba bien o mal, pero si uno empieza a asignar los espacios tomando en cuenta otros factores como la ocupación puede llegar a ser mejor.
-¿Cuántos pasajeros hoy tienen los principales aeropuertos argentinos?
-Hoy Aeroparque tiene 16,5 millones de pasajeros al año y Ezeiza está en 12 millones. Y lo bueno es que Ezeiza tiene un 25% de pasajeros domésticos y Aeroparque está en un porcentaje similar de internacionales, eso ayuda un montón porque permite que haya más conexiones al resto del país.
-¿Y hasta cuándo puede crecer ese volumen?
-El potencial es enorme, como sucede en cualquier otra industria de la economía argentina. No somos ajenos a lo que sucede en otros sectores, si se toma en cuenta la población del país. En Australia cada habitante vuela seis veces por año y acá es media vez. Pero se tienen que dar un montón de condiciones para que el mercado crezca.
-¿Cómo los afecta el dólar? ¿El retraso cambiario impacta en el negocio?
-Lo que está pasando hoy es que en Brasil están asustados con los precios locales, porque compran los pasajes con meses de anticipación. Son los primeros que reaccionan ante cualquier cambio y hoy quedamos un poco caros para ellos. Lo dijo el ministro Caputo: la Argentina va a estar cara hasta fin de año. La contrapartida de esto es que se reactiva el turismo emisivo, con los argentinos yendo de compras a Chile, de vacaciones a una playa en Brasil. Algunas líneas aéreas vieron este efecto y cambiaron rutas domésticas por internacionales.
-¿Qué papel juega Aeroparque en esta estrategia?
-Aeroparque es el pulmotor del país. Cuando se invierte en Aeroparque, se está invirtiendo en la conectividad de todo el país. Ahora acabamos de inaugurar todas las vialidades nuevas para reducir los tiempos de entrada y salida a la terminal. Si venís a Buenos Aires para una reunión no podés tardar 20 minutos en salir del aeropuerto. Son cambios que ya se ven. Y después lo que estamos haciendo es ampliar la estructura interna, sumando controles de rayos X, de manera de mejorar el flujo de los pasajeros y reducir los tiempos. Un aeropuerto es como una fábrica, cuando mejorás la planificación, podés sumar más vuelos y frecuencias
-También están trabajando para mejorar la propuesta de locales comerciales …
-En este negocio había una visión, hace 20 o 30 años, de que el retail iba a encontrar de tu operación. Te decían que no pongas tiendas en la terminal porque el pasajero tiene que fluir. Pero hoy esa idea ya quedó atrás, entre otras cosas, porque se redujeron mucho los tiempos de viaje. La gente viaja por dos o tres días y le gusta tener una experiencia cuando llega al aeropuerto. Por eso sentarse en un buen restaurante en el aeropuerto, o en un local de Le Pain Quotidien o en una pizzería reconocida está buenísimo, y más si los precios son los de la calle. Antes era común quejarse de que en el aeropuerto te mataban con el precio de un tostado o un café. Ahora no lo vas a ver más. Los precios son los mismos acá que en un shopping o en la calle.
-También están trayendo al país marcas internacionales como Outback …
-Lo primero que hicimos fueron estudios sobre el perfil del consumidor que visitan nuestros aeropuertos y vimos que había un porcentaje muy alto de brasileños. En Brasil Outback es la marca de gastronomía número uno, por encima incluso de de McDonald’s, con 120 locales y filas de dos horas para entrar. Buscamos un operador local y logramos convencer a la marca de venir al país. Hoy el Outback de Ezeiza tiene el local siempre lleno, porque el brasileño conoce la marca y al argentino le encanta. Te levanta el perfil y refuerza nuestro concepto de ser “brazilian friendly”, que pasa por cobrar en reales, aceptar el sistema de pago con Pix y tener toda la señalética en portugués.
-Ustedes tuvieron una experiencia de Lapa como operadores de una línea aérea. ¿Les interesa participar de una eventual privatización de Aerolíneas Argentinas?
-Lo de Lapa fue una experiencia de seis meses y ya tenemos definido como grupo que no está en los planes tener una línea aérea y menos en la Argentina, porque seríamos juez y parte en muchas cosas. Lo que sí estamos haciendo es apoyar a cualquier línea aérea, ya sea Jetsmart, Flybondi o Aerolíneas. Porque estamos para eso, para que les vaya bien a todos. Además, si tuviéramos una aerolínea nuestra, ¿cómo podríamos hacer para asignar los espacios para los aviones o los check in?. Sería entrar en un lugar en el que mejor no estar.
-¿Hay planes para crecer internacionalmente? ¿Están buscando sumar aeropuertos en nuevos países?
-Estamos mirando sobre todo en Asia y en África, especialmente aeropuertos menores, y también seguimos muy de cerca lo que pasa en Brasil. Lo que sucede en esta industria es que vos no mirá lo que querés sino lo que hay. El otro día estuvimos en Paraguay, viendo como avanza el proceso de licitación. No está abierta todavía, pero nos interesa. En América Latina vamos a estar presentes en todos las oportunidades que surjan. Y la idea es ir con socios locales. Nunca iríamos solos en Asia o en África. Incluso cuando entramos en Brasil, de entrada fue con un socio local, lo que te ayuda para entender la idiosincrasia local.
-¿Cómo los impacta la intervención de la ANAC que se acaba de anunciar?
-En principio no nos afecta, aunque la verdad es que todavía es una medida muy reciente. Lo importante es que muestra la voluntad del gobierno. Los organismos internacionales marcaron un montón de puntos a resolver en materia de controles aéreos y con la intervención se está dejando en claro que se quiere avanzar rápidamente en la remediación de estos puntos.
-¿Cuál es el papel que tiene Eduardo Eurnekian ahora en la empresa?
-Hoy el que maneja la compañía América Airports es Martín Eurnekian. Eduardo está activo, es un referente muy grande, y está en la oficina, pero en las decisiones del día a día de la compañía hace bastante tiempo que no está participando
-¿Cómo están manejando la transición del cambio de marca y pasar de Aeropuertos Argentina 2000 a Aeropuertos Argentina a secas?
-Yo entré a la compañía hace 24 años, en abril de 2000, y en ese momento el 2000 estaba asociada a una idea de futuro y de innovación que hoy no la tiene. Además, el logo y los colores quedaron un poco viejos y la empresa es otra compañía, mucho más tecnológica y con otro foco y otra estrategia. El cambio era algo que lo veníamos pensando hace tiempo y justo vimos la oportunidad en el inicio de año y el cambio de gobierno.
-Hace 24 años que estás en la compañía. Fuiste compañero de trabajo del presidente Javier Milei en su paso por Aeropuertos Argentina’
-No fui compañero de trabajo, pero sí lo vi en el grupo, me lo cruzaba en los pasillos
-¿Y cómo era Milei en el trabajo?
-Igual que hoy. No difiere de lo que se ve ahora, aunque la verdad es que no fui compañero de charlas, de viajes.
-¿Cómo es ser CEO de la compañía con una cercanía tan grande con el poder?
-De todo lo que se habla el 98% es el título de lo que pueda poner y un 2% es lo que realmente pasa. Puede ser que haya gente que tuvo una relación más personal, y que le puede mandar un mensaje de felicitaciones al Presidente, algo si se quiere más cholulo. Pero nosotros como compañía estamos hace 24 años, pasaron un montón de gobiernos y nuestra relación tiene que ser buena con todos. No hay manera de que nos podamos llevar mal con un gobierno, porque somos una concesión. Además, tampoco es todo lo que se habla. Hoy en el gobierno están Guillermo Franco y José Rolandi que trabajó en CGC (la petrolera del grupo) y se fue Nicolás Posse. No hay mucho más.