El Gobierno argentino se encuentra en una carrera contra el tiempo para afrontar el pago de USD 2.660 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) que vence en seis días. La posibilidad de contar con desembolsos previos para cubrir este saldo se ve lejana debido a la demora en la formalización del acuerdo técnico, el cual se espera se concrete en los próximos días, y luego requiere la aprobación del directorio, un proceso que suele llevar semanas. Ante esta situación, el Poder Ejecutivo analiza diversas alternativas para evitar atrasos en el pago y cumplir con sus compromisos con el organismo.
El calendario de pago de deuda a Washington ha llegado a un punto crítico, ya que el 31 de julio es la fecha límite para abonar los USD 2.660 millones, que originalmente estaban distribuidos en tres vencimientos a lo largo del mes de julio. Sin embargo, el receso de verano norteamericano, que comienza el mismo día, clausura la actividad del FMI por algunos días, lo que dificulta la posibilidad de convocar sesiones del directorio hasta mediados de agosto.
Se ha especulado sobre la posibilidad de que el directorio del FMI apruebe el desembolso antes del receso, aunque algunos especialistas consideran esta opción poco probable debido a la densidad de las discusiones técnicas y políticas. Sergio Massa, Ministro de Economía, ha insinuado que el desembolso podría llegar directamente en agosto, aunque no se han proporcionado detalles específicos al respecto.
Ante la falta de Derechos Especiales de Giro (DEG), el Gobierno evalúa la opción de utilizar yuanes del swap con el Banco Popular de China como una alternativa para el pago. No obstante, se ha asegurado que esta no es la «primera opción» en el menú de soluciones planteadas.
Los analistas han señalado que aún restaría la aprobación del directorio del FMI para el desembolso pendiente de USD 4.000 millones, que corresponde a la revisión de las metas del primer trimestre. Argentina debería girar al organismo USD 2.600 millones a fin de mes y otros USD 800 millones a inicios de agosto. Esto podría llevar a una nueva utilización de yuanes, pero también acotaría el poder de fuego del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para intervenir en el mercado cambiario.
El tamaño del desembolso que se espera para agosto y la cantidad de pagos pendientes para lo que resta del año también son factores clave en esta ecuación. Se estima que hay pagos pendientes por USD 8.650 millones y desembolsos previstos por USD 10.700 millones. En el período entre agosto y fines de noviembre, vencerían con el FMI USD 7.730 millones.
El BCRA tendrá un rol determinante en la intervención en el mercado cambiario, y dependerá de la proporción de los desembolsos de agosto y noviembre para saber cuánto dinero tendrá disponible temporalmente para dichas intervenciones.