En un giro de eventos que ha provocado tensión entre el gobierno de Buenos Aires y las grandes empresas, el gobernador Axel Kicillof, en un esfuerzo por compensar la pérdida de fondos nacionales dirigidos por Javier Milei, ha implementado un anticipo de impuestos que se espera genere una recaudación de $155.000 millones. La medida, que se centra en 254 empresas de sectores económicos concentrados, ha sido recibida con preocupación por el sector privado, temiendo un impacto negativo en la ya delicada situación económica de la provincia.
Esta decisión viene después de que Milei redujera los fondos destinados a Buenos Aires, afectando directamente la capacidad financiera de la provincia. ARBA, la agencia de recaudación de Buenos Aires, ha especificado que este anticipo millonario no busca compensar directamente los recortes de Milei, sino que forma parte de una estrategia más amplia contemplada en la Ley Impositiva aprobada en diciembre de 2023.
El anticipo adicional del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, que debe ser abonado por grandes contribuyentes antes del 8 de marzo, ha sido calculado como cuatro veces el monto del anticipo correspondiente a octubre de 2023, con un incremento adicional del 70% para aquellos que no presentaron declaración en dicho mes. ARBA ha indicado que el cumplimiento de este anticipo resultará en beneficios para las empresas, incluyendo reducciones de alícuotas y la no aplicación de incrementos por categorías de riesgo fiscal durante un año.
Sin embargo, la Unión Industrial Argentina (UIA) junto con otras asociaciones empresariales ha expresado su «grave preocupación» por la medida, argumentando que impone una presión financiera adicional en un momento de recesión económica, y solicitando una revisión de la misma.