Emilio Ocampo, conocido por su postura a favor de la dolarización, renunció al equipo económico de Javier Milei, el presidente electo de Argentina, sumergido en polémicas y estrategias confusas post-elección.
En septiembre, Milei había anunciado a Ocampo como futuro presidente del Banco Central, con la misión de cerrarlo, un paso clave en el plan de dolarización. Sin embargo, la situación se complicó cuando se supo que Luis “Toto” Caputo, exministro de Finanzas, estaba diseñando un plan alternativo, respaldado por Nicolás Posse, un coordinador político de La Libertad Avanza (LLA) y figura de creciente influencia.
La tensión aumentó cuando se reveló que Posse y Caputo presentaron un plan monetario al FMI, sin la participación de Ocampo, quien se enteró de la reunión a posteriori. Este evento fue decisivo para Ocampo, quien consideró inaceptable comenzar su gestión en el Banco Central bajo la sombra de un plan con el que no estaba de acuerdo.
Esta semana, el equipo de Caputo sostuvo reuniones de coordinación con funcionarios actuales, generando rumores sobre propuestas de políticas económicas de la próxima administración, lo que LLA negó, alegando que solo participaban para recibir información.
Finalmente, la confirmación de que Caputo sería el ministro de Economía precipitó la decisión de Ocampo de renunciar, una postura que mantuvo a pesar de la confirmación de LLA de su cargo en el BCRA. Ocampo buscó comunicar su decisión personalmente a Milei, quien no respondió a sus mensajes.
En este contexto de incertidumbre y cambios de último momento, la implementación de la dolarización, una vez considerada una política clave, parece ahora distante.