La excandidata presidencial considera que la mayoría de los votantes de Juntos por el Cambio respalda su decisión de aliarse a La Libertad Avanza; “los nuestros lo votan con menos culpa”, asegura
encial quedó trunco, pero Patricia Bullrich confía en que logrará reciclarse para subsistir. Tras asimilar rápidamente el golpe de la derrota en las elecciones generales del 22 de octubre, la titular de Pro cree que capitalizará su apuesta por respaldar a Javier Milei (La Libertad Avanza) con vistas al balotaje con Sergio Massa (Unión por la Patria). Con el liderazgo de Juntos por el Cambio en disputa, Bullrich se asoció a Mauricio Macri para seguir en pie. Ambos coincidieron en la necesidad de aliarse con Milei para frenar a Massa y evitar que se diluya su crédito político.
A tres semanas de anunciar su pacto con Milei, la excandidata presidencial está convencida de que acertó y juega a fondo para apuntalar a los libertarios y comprometer a los votantes de JxC con la causa. Es decir, pretende direccionar el apoyo de la mayoría de los seguidores de Pro o del conglomerado opositor a Milei. Cree que Massa representa un “exponente peligroso” del modelo “populista y autoritario del kirchnerismo”. “Hay una discusión de dirigentes y una de representación. En la representación nuestra posición es la mayoritaria”, repite la exministra en la intimidad. Sus colaboradores analizaron esta mañana una serie de estudios cuantitativos que arrojan cifras alentadoras para los libertarios. Creen que un 80% de los votantes de Bullrich en las generales están dispuestos a acompañar a Milei. “Los nuestros lo votan con menos culpa, por la decisión de conducirlos”, se jacta Bullrich ante propios y extraños. En otras palabras: considera que pese a la fractura de JxC y el costo de la decisión, la mayoría de los electores del espacio avalaron la jugada inconsulta.
Habituada a posicionarse en el llano y reinventarse en política, Bullrich confía en que junto con Macri lograrán sostener la conducción política de la mayoría de los seguidores de JxC. “Podemos ser la llave del triunfo”, se envalentonan en el equipo de la exministra.
En las últimas horas Bullrich anticipó su análisis sobre la debacle electoral del espacio. Si bien no hizo autocrítica sobre su performance, dejó en claro que la herramienta de JxC se había “envejecido” y no era el instrumento que eligió la mayoría de la población para implementar una transformación profunda.
Por lo tanto, si Milei gana la segunda vuelta frente a Massa, Bullrich cree que también se habrá revalidado su apuesta por un cambio “sistémico” y “de fondo”. Dicho de otro modo: considera el balotaje como un nuevo plebiscito de su discusión con Horacio Rodríguez Larreta sobre cuál debía ser el modelo para impulsar transformaciones. Asemeja el plan dialoguista del 70% del jefe porteño con la convocatoria a la unidad nacional de Massa.
Su diagnóstico sobre la derrota alteró a los radicales que acompañaron a Larreta en las PASO. “A Patricia le ofrecimos de todo”, despotrican cerca de Gerardo Morales.
Si bien ella es cauta y prefiere no hablar de un co-gobierno, los armadores de la exministra descuentan que el ala dura de Pro convergerá con los libertario gane o pierda Milei el próximo domingo. Trasciende que Federico Pinedo y Luis Petri entrarían en la negociación. “Hay que ver cómo encajan nuestros jugadores en las necesidades de Milei”, dicen en la tropa de la exministra.
Bullrich habla con frecuencia con Milei desde que se reconciliaron tras la feroz discusión pública para cerrar el pacto. No se volvieron a ver y no tienen previsto compartir una actividad, pero la expostulante presidencial tiene un papel activo. De hecho, el sábado compartió una actividad en Tigre, terruño de Massa, con Victoria Villaruel, compañera de fórmula de Milei. El nexo entre ambas fue Pablo Walter, exsenador nacional y uno de los hombres de confianza de Bullrich en Pro. Walter fue senador nacional por Tucumán e integró Fuerza Republicana, la fuerza del fallecido represor y exgobernador Antonio Domingo Bussi. Y tiene un vínculo cercano con la diputada desde hace años. Bullrich y Villaruel se habían cruzado una vez, pero no se conocían. Frente a Walter y Guillermo Montenegro, diputado electo de LLA, hablaron del debate de vices, del operativo de fiscalización y de la nueva alianza. Quedaron en volver a hablar después del domingo.
Hoy, Bullrich encabezó el encuentro federal de “fiscales por el cambio y la libertad” en Colegiales. La exministra relativiza los cortocircuitos entre el Pro y la Libertad Avanza por la fiscalización. Insiste en que Milei conduce y el Pro “acompaña”. “No nos peleemos, no compitamos y vayamos sin soberbia”, enfatizó en el cierre de su discurso. Apenas concluyó, convocó al escenario a Cristian Ritondo, Martín Yeza, Luis Petri y Damián Arabia, entre otros. Todos ellos se prendieron en el cántico de los militantes: “La casta tiene miedo, la casta tiene miedo”. El grito de guerra de Milei.
Un nuevo giro
A lo largo de una extensa trayectoria política, Bullrich atravesó varios cambios de piel. Militó en el peronismo de izquierda en los setenta y orbitó muy cerca de la agrupación Montoneros antes de exiliarse por la última dictadura. Se hizo menemista en la década de los noventa para llegar al Congreso por primera vez y fue ministra de Trabajo del radical Fernando de la Rúa durante el gobierno de la Alianza. Luego de ser jefa de campaña de Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, y una de sus espadas legislativas, se mimetizó en el modelo de Pro para frenar al kirchnerismo del “vamos por todo”. Su acercamiento al universo de Macri, quien la eligió para que se pusiera al frente de la “lucha contra el narcotráfico”, uno de sus caballitos de batalla, por su perfil combativo, le permitió edificar su figura política a nivel nacional. Ella vincula su carácter y tenacidad a la “carga ancestral” de su sangre prusiana.
Su imagen salió casi ilesa de la derrota electoral de JxC en 2019 -se convirtió en una de las funcionarias más valoradas del Gabinete saliente según las encuestas- y desde la presidencia de Pro, un cargo con la que Macri la premió, delinearía su plan presidencial. Es que, con esa plataforma, Bullrich recorrió el país e impulsó marchas contra las restricciones por la pandemia de coronavirus. Se erigió como el rostro de la resistencia a una nueva versión kirchnerismo para delinear su nuevo futuro político.
Patrocinada por Macri, enfrentó a Larreta en la feroz discusión por la estrategia electoral en 2021 y fue la voz de los “halcones” en el debate interno sobre la nueva fisonomía del espacio opositor. Esa rivalidad y la pelea por la herencia de Pro la enfrentó a la difícil tarea de edificar un liderazgo en el ecosistema antikirchnerista bajo la sombra de Macri. Ahora, tras la derrota en las elecciones presidenciales, en las que JxC quedó relegado al tercer lugar, Bullrich se prepara para reciclarse y aliarse con los libertarios de Milei.