El desafío de Machado y sus votantes no sólo va dirigido contra el “presidente pueblo” (las encuestas le otorgan más de 40% de ventaja frente a Maduro), también contra los partidos tradicionales, muy alejados hoy del sentir general de los venezolanos
CARACAS.– El “huracán” María Corina Machado se llevó por delante a los partidos opositores tradicionales en unas históricas elecciones primarias, que superaron todas las expectativas hasta agotar las papeletas en varios estados. El triunfo aplastante de la candidata conservadora, “verso suelto” de la oposición durante más de una década, hace añicos el tablero electoral venezolano de cara a las presidenciales del año que viene, pese a que todos quienes la votaron saben que la revolución bolivariana está decidida a que no se dé el enfrentamiento directo con Nicolás Maduro.
El desafío de Machado y sus votantes no sólo va dirigido contra el “presidente pueblo” (las encuestas le otorgan más de 40% de ventaja frente a Maduro), también contra los partidos tradicionales, muy alejados hoy del sentir general de los venezolanos. El triunfo incontestable de la líder de Vente Venezuela, cuyo lema es “Hasta el final”, adelanta un nuevo equilibrio en la toma de decisiones internas, incluso una recomposición en la comisión negociadora con el gobierno bolivariano.
“Lo que hoy hemos visto es una avalancha ciudadana dentro y fuera de Venezuela, que ha demostrado el profundo amor que tenemos a nuestro país y la esperanza en su futuro”, reconoció la propia Machado. La abrumadora participación, se cree que rozará los dos millones de votos a falta del recuento final, retrasado porque miles de votantes permanecían anoche en las colas, se acercaba a los dos millones de electores, según fuentes opositoras. El apoyo masivo a María Corina Machado se cifraba entre el 85% y el 90%.
Algo muy profundo tiene el “Gloria al bravo pueblo”, himno venezolano, para que sus gentes se emocionen cada vez que lo entonan. Mucho más en días como ayer, cuando estrofas como “abajo cadenas” y “el pobre en su choza libertad pidió” resonaron de este a oeste del país y en rincones de medio planeta, donde habitan los ochos millones de criollos huidos del chavismo.
Este 22 de octubre ya marca un nuevo hito histórico de la resistencia y de la lucha por la libertad gracias a la consecución de las primarias de la oposición, que superaron todas las expectativas hasta agotar las papeletas en distintos centros electorales. Las elecciones autogestionadas triunfaron contra viento y marea, contra los abusos del régimen y contra el fuego amigo de quienes ya juegan a colaborar con el chavismo.
El entusiasmo popular transformó las dificultades en gesta ciudadana, que ha llegado hasta al final gracias al empeño de la Comisión Nacional de Primaria (CNP), con su presidente, Jesús María Casal, a la cabeza, y por la persistencia de Washington, que lo impuso como condición ‘sine qua non’ para la firma de los Acuerdos de Barbados entre gobierno y oposición.
Si Maduro quería licencias para vender a mejor precio su petróleo estaba obligado a permitir un proceso que se ha convertido en un quebradero de cabeza para el chavismo, ante las críticas directas de los candidatos y el fervor popular creciente hacia Machado. Investigadores sociales y agencias extranjeras se han visto sorprendidos por el entusiasmo que ha despertado en los barrios más populares, donde se la compara con el comandante Hugo Chávez que ganó sus primeras elecciones en 1998.
“Los venezolanos se congregaron para expresar su opinión con miras a unas elecciones presidenciales realmente libres, justas y competitivas,en donde Venezuela ejerza su derecho a expresarse por un futuro próspero”, felicitó la misión diplomática de EE.UU. para Venezuela.
En los barrios populares de Caracas, el interior de un país destruido por el chavismo, en las ciudades repartidas por todo el mundo que ya acogen a ocho millones de emigrantes, la gran diáspora del planeta. Hasta en Barinas, la cuna de la revolución que ya no quiere más revolución. “He votado por el cambio para acabar con esta dictadura y poder ver a nuestras familias de vuelta. Para tener la Venezuela que tanto queremos”, aseguró a la nacion Erasmo Castillo, con tres hijos fuera del país.
“No lo vieron venir”
“Hoy está surgiendo una nueva legitimidad de origen. El país cambió y muchos actores políticos no lo vieron venir. Este evento va a tener consecuencias políticas muy superiores a las que nos imaginábamos hace apenas unas horas”, confesó el politólogo Piero Trepiccione, cercano al centro de pensamiento de los jesuitas.
En principio, quien ha quedado en fuera de juego evidente, incluso abandonado por su partido, Acción Democrática (AD), fue el candidato Carlos Prosperi, empeñado en denunciar unas irregularidades inexistentes. Prosperi se hizo el harakiri político pese a ser el único abanderado de los cuatro partidos más fuertes de la oposición. Henrique Capriles (Primero Justicia) se apartó de las primarias hace dos semanas ante la paliza que se avecinaba y Un Nuevo Tiempo no se atrevió a presentar a su líder, el gobernador Manuel Rosales, que desde hace meses coquetea políticamente con el chavismo.
“En democracia es importante saber ganar y saber perder”, resumió Omar Barboza, vocero de la Plataforma Unitaria, que agrupa a los partidos tradicionales y los más pequeños de la oposición.
“Mañana amanecemos con una nueva y legitimida conducción política”, recalcó el exprisionero político Leopoldo López, líder de Voluntad Popular (VP), el único de los grandes partidos que abandonó la carrera de las primarias para sumarse al apoyo de Machado.
Pese a la salvaguardia de los Acuerdos de Barbados, la revolución lo intentó hasta el último momento. Paramilitares lanzaron bombas lacrimógenas y robaron material a tiro limpio, consejos comunales amenazaron a los más necesitados con quitarles las bolsas subvencionadas de comida, policías amedrentaron a quienes esperaban en las colas y la censura impuso el silencio informativo en canales de televisión y radios… Incluso el sacerdote sirio de la parroquia ortodoxa de San Jorge, en el barrio caraqueño de Montalbán, cerró el local donde se iban a instalar las urnas.
La respuesta de la gente mide hasta qué punto estas primarias se convirtieron en un nuevo acto de resistencia: los vecinos montaron el centro electoral en la plaza más cercana con mesas y sillas que bajaron desde sus hogares. Todo por el cambio de régimen.
Fuente: La Nación.