Los resultados marcan un deslizamiento ideológico hacia posiciones de centroderecha, liberales y de derecha dura
El peronismo gobernante sufrió este domingo una derrota de niveles históricos en las primarias rumbo a las elecciones presidenciales de octubre en Argentina, que vieron ganar a Javier Milei, el excéntrico líder de la ultraderecha libertaria.
Escrutado el 96,14 por ciento de los votos, Milei obtuvo el 30,11 por ciento, superando a la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC), con el 28,27 por ciento, y al peronismo englobado en la marca Unión por la Patria, con el 27,20 por ciento.
«Estamos ante el final del modelo de la casta, ese modelo basado en una atrocidad que dice que donde hay una necesidad hay un derecho, pero se olvida de que ese derecho alguien lo tiene que pagar», dijo Milei, que ganó en 16 de los 24 distritos del país.
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Los resultados de las primarias marcan un deslizamiento ideológico hacia posiciones de centroderecha, liberales y de derecha dura que no fueron precisamente las que predominaron en la era democrática iniciada en 1983 en Argentina.
El enfado de los argentinos con la situación del país encontró un triple cauce: el castigo al gobierno, el apoyo a Milei, una cara nueva en la política, y la advertencia a la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC) de que no necesariamente tiene asegurada la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre.
«La sorpresa es el crecimiento de Milei, demostrando el enojo que hay con la política. Yo lo advertí hace tiempo», dijo con gesto adusto a la señal de noticias TN el ex presidente Mauricio Macri, uno de los líderes de JxC.
El éxito de Milei superó cualquier previsión. De gran relación con el líder de Vox, Santiago Abascal,Milei contó en la previa de las elecciones con el apoyo del ex presidente brasileño Jair Bolsonaro y del derechista chileno José Antonio Kast, entre otros.
«Una de las cosas que la gente más valora en Milei es que le dice lo que piensa. Eso, en un contexto en el que la política es la corporación que menos credibilidad genera, es un punto a su favor», señaló la politóloga Ana Iparraguirre.
Milei propugna la dolarización de la economía argentina, dinamitar el Banco Central y se muestra contrario al aborto y a la educación pública obligatoria. Sostiene que la «casta» de los políticos estafa a los argentinos desde hace décadas y que es hora de barrer del escenario a sus representantes.
Las cifras logradas por Milei, un recién llegado a la política, son impactantes, aunque en el sistema electoral argentino implican sólo un primer paso. Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) sirven como filtro: descartan a aquellos partidos que no alcancen al menos el 1,5 por ciento de los votos y deciden, al interior de los partidos o coaliciones, quién es el candidato presidencial.
En el caso de la hasta ahora principal coalición de oposición, JxC, la aspirante a la presidencia será Patricia Bullrich, que derrotó al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que partía como favorito. «Horacio ya me felicitó, estoy muy contenta», dijo Bullrich, ex ministra de Seguridad de Macri y líder del ala dura de la coalición, en oposición a la visión de consenso y posibilista que encabezaba Rodríguez Larreta.
«Vamos juntos, vamos a estar siempre juntos», enfatizó Rodríguez Larreta junto a Bullrich, en una muy dura noche para el alcalde porteño: su sueño, desde los cinco años, era ser presidente. Se preparó toda su vida para ello. El analista Marcos Novaro señaló algo que deben modificar JxC si aspira a regresar a la Casa Rosada tras cuatro años fuera: «Macri y Bullrich se la pasaron hablando bien de Milei pensando que era un acompañante y no una amenaza. Gravísimo error».
En el peronismo, el actual ministro de Economía, Sergio Massa,se confirmó como candidato al ganar con claridad la interna sobre el líder piquetero Juan Grabois. Obtener el apoyo de apenas un cuarto del electorado marca el peor resultado histórico del peronismo, hegemónico en la política argentina desde 1945.
«¡Hay que saltar, hay que saltar, el kirchnerismo no existe más!», celebraban los más jóvenes en estado de euforia en el búnker de JxC. Una medida de la profundidad de la derrota peronista está en la pérdida de la gobernación de Santa Cruz, la provincia donde hace más de tres décadas comenzó a construirse el kirchnerismo, que dominó las últimas dos décadas de la política en el país.
La participación en estas PASO no llegó al 70 por ciento del electorado en un país en el que el voto es obligatorio. La historia marca que para las presidenciales ese porcentaje sube entre siete y 15 puntos, lo que abre todo tipo de posibilidades de cara a una carrera presidencial que está lejos de estar definida.
Fuente: El Mundo (España)