Alemania inicia una nueva era con la legalización del consumo recreativo de cannabis, marcando un hito en la política de drogas europea. Los adultos podrán portar hasta 25 gramos en público y cultivar tres plantas.
Alemania ha inaugurado oficialmente su legislación sobre el cannabis, permitiendo el consumo recreativo entre adultos, en medio de celebraciones y críticas. Desde hoy, los mayores de 18 años pueden poseer hasta 25 gramos de marihuana para uso personal y cultivar hasta tres plantas. La noche anterior a la entrada en vigor de la ley, alrededor de 1500 personas se reunieron en la Puerta de Brandeburgo en Berlín, simbolizando el fin de la criminalización de millones y la ganancia de «un poco más de libertad», según los participantes.
La reforma posiciona a Alemania entre los países más liberales de Europa en cuanto a la regulación del cannabis, alineándose con Malta y Luxemburgo. Sin embargo, contrasta con la reciente postura restrictiva de Holanda respecto al turismo canábico.
La ley contempla la creación de «clubes sociales de cannabis», donde los miembros podrán adquirir legalmente hasta 50 gramos mensuales a partir de julio. La alianza gubernamental liderada por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz destaca que la medida busca combatir el tráfico de drogas y promover un enfoque más saludable hacia la adicción.
No obstante, la legalización enfrenta la oposición de sectores conservadores y de la comunidad médica, preocupados por el impacto en los jóvenes. La nueva normativa prohíbe el consumo de cannabis cerca de escuelas y áreas infantiles, mientras que expertos advierten sobre los riesgos para el desarrollo cerebral en menores de 25 años.
El gobierno ha anunciado campañas informativas sobre los peligros del consumo de cannabis y ha prometido una revisión de más de 200.000 casos penales relacionados con el cannabis bajo una amnistía retroactiva, lo que ha suscitado debate sobre la capacidad del sistema judicial para gestionar estos cambios.
La legalización del cannabis en Alemania no solo refleja un cambio significativo en la política de drogas, sino que también destaca las tensiones entre la innovación legislativa y las preocupaciones de salud pública y seguridad.